El ecosistema mexicano de pagos alternos al efectivo se mantiene ya en un punto de madurez, en el que el 83 por ciento de los consumidores han adoptado el pago con tarjetas, e-commerce y transferencias, haciendo uso de estos por lo menos una vez en el último año, por lo que ahora es necesario que la industria financiera aumente los incentivos y la infraestructura para acelerar la transformación.
Ernesto Terriquez, director de desarrollo de negocio para Latinoamérica Norte de Minsait Payments, aseguró que México no era uno de los punteros de la región para la digitalización y masificación de los medios de pago, pero ahora ha crecido sobre todo en los pagos con tarjeta de débito y crédito; sin embargo, el covid-19 nos ha permitido acelerar la digitalización.
“Ya pasamos el punto de retorno en este servicio, aunque el efectivo sigue siendo el mayor enemigo porque hay mucho en la calle, han aumentado este tipo de tendencias. A futuro, vamos a una masificación de las billeteras electrónicas y pagos con tarjetas, pero necesitamos una mayor capacidad de aceptación de los medios de pago, porque cada vez han tomado mayor relevancia con las tecnológicas financieras, principalmente en el mundo adquirente”, dijo el directivo de la empresa de procesamiento y soluciones innovadoras de pagos digitales.
Agregó que este desarrollo está acompañado de que México es uno de los primeros países de la región con una ley fintech, donde existen muchas plataformas de tecnología financiera ya desarrolladas, que pasaron de ser startups a empresas ya consolidadas, lo que ha permitido, a raíz de la tendencia, incrementar el uso de estos sistemas.
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De acuerdo con él X Reporte de Minsait, actualmente, el 83 por ciento de las personas que antes usaban efectivo, comenzaron a utilizar algún medio de pago alterno, como son tarjetas de débito o billeteras electrónicas, lo que ha impulsado el desarrollo del e-commerce en el país, que cambió de ser utilizado para entretenimiento a hacer compras “del día a día”.
Mientras que un 57 por ciento de los mexicanos se aventuró por lo menos una vez hacía el pago con dinero electrónico. “Es interesante porque si tomamos en cuenta factores culturales que no se dan tanto en las grandes ciudades, pero el cambio de hábito de pagos y en traer el dinero en la bolsa para personas arraigadas al efectivo es importante”.
En este sentido, Terriquez aseguró que son los adquirentes, como son los agregados de pagos con tarjeta, los que han permitido que los pequeños comercios se sumen a la ola de pagos alternos al efectivo y recibir mayores ganancias, por lo que ahora son necesarios los incentivos gubernamentales y ampliar la infraestructura de servicios financieros como cajeros automáticos y terminales punto de venta para acelerar la adaptación, haciendo énfasis en lo costoso que llega a ser el manejo del efectivo.
“Se necesita ampliar la posibilidad de aceptación no solo en las grandes y medianas ciudades que ya están completas en este servicio, ahora debemos ir a compaginar estos dos mundos, en los que de nada sirve realizar el pago de la nómina con tarjetas si no existen cajeros automáticos ni adquirentes cercanos para pagar cosas básicas con tarjeta”.
“Nosotros como industria debemos mejorar la aceptación, pero el gobierno también debe poner los incentivos necesarios para eliminar el efectivo de tajo. Cuesta mucho dinero, desde el transporte de valores, el almacenaje y una serie de eventos de sobrecosto, pero si tenemos los incentivos para que ciertos sectores de la economía informal se metan a la economía formal e incentiven con educación financiera, iremos en el camino correcto, pero nos falta mucho recorrido”, dijo.