El 7 de noviembre de 1991 la magia del baloncesto hizo una pausa cuando la luz de una más grandes estrellas parecía que estaba por apagarse.
"He jugado contra los mejores y siempre pensé que había sido lo más difícil de mi vida hasta que tuve que darle a mi mujer la noticia", afirmaba hace 28 años la estrella de baloncesto de los Lakers, Earvin "Magic" Johnson.
Ese día, enfundado en un traje negro, el deportista daba la noticia de su retiro del baloncesto, la razón: había sido diagnosticado con Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). La noticia permeó en el mundo del deporte y definitivamente modificó el rumbo de su vida, pues hoy se dedica prácticamente de tiempo completo al desarrollo de proyectos en torno a esta enfermedad.
En su tiempo activo, Johnson llegó a ganar cerca de 23 millones de dólares, pero la estrella deportiva incursionó en el mundo de los negocios con Magic Johnson Enterprises y ha llegado a amasar una fortuna cercana a los 700 millones de dólares, con participaciones accionarias en equipos como Los Ángeles Sparks, del qué es copropietario; los Angeles football y fue presidente de operaciones de los Lakers, puesto al que renunció en abril de este año.
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Inicios
El descubrimiento de Earvin Johnson se dio en 1979, luego de que ganara el Campeonato de la División I de Baloncesto Masculino de la NCAA, los Lakers decidieron reclutar a quien se convertiría en una de las estrellas del deporte más importantes del mundo.
Magic fue el apodo que le dieron en el equipo al que perteneció toda su carrera, haciendo referencia a su habilidad para realizar pases, y al carisma del que estaba dotado, referían sus compañeros de juego.
Si bien las carreras profesionales en el mundo deportivo suelen ser breves, y como en el juego muchas cosas tienen que ver con la casualidad, la de Johnson terminó antes de que lo esperado.
Jerry Buss y Jerry West, propietarios del equipo, sabían que en Johnson tenían más que a un jugador y que debían invertir en él. Así, los empresarios querían mejorar la oferta salarial del oriundo de Michigan, que entonces ganaba 2.5 millones de dólares, para asimilarlo a salarios como el de Sam Perkins, que ganaba cerca de 3 millones de dólares.
Los dueños sabían que para exigir mayor nivel a Johnson debían pagarle mejor, así que solicitaron un préstamo y lo hicieron firmar un seguro que protegiera al jugador.
El aval del préstamo y el seguro sería el propio Magic, por lo que la aseguradora solicitaba el procedimiento rutinario que involucraba un reconocimiento médico para continuar con la operación. La póliza nunca pudo firmarse.
En preparación para una nueva temporada, el deportista supo la noticia y fueron los propios médicos del equipo quienes le recomendaron salir de sus actividades, pues con su condición no alcanzaría a llegar al rendimiento que exige a un deportista como él.
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Años después, el ahora también empresario ha afirmado que de haber conocido las condiciones de su nuevo momento físico, no se habría retirado. Su meta, fue entonces comenzar a disipar las dudas en torno a esta condición.
A partir de entonces el hombre, de ahora 60 años, se dedicó a recaudar fondos de ayuda a investigación y lucha contra esta enfermedad, misma que dice, se puede vencer. En 1996 volvió a jugar con los Lakers durante 32 partidos para el All Star en los Juegos de Barcelona, pero ese ya no era su camino, por lo que ahora la mayor parte de su tiempo la ha invertido en comunicar y trabajar en torno a el VIH.
MRA