Noel Quinn se convirtió en el director ejecutivo permanente de HSBC en un momento difícil, justo en el pico de la agitación de los mercados del año pasado por la pandemia. Hasta el momento, su estrategia entregó ganancias que superaron todas las expectativas, pero las soluciones para los mayores riesgos que enfrenta el banco que se enfoca en Asia no están en sus manos.
La estrategia de Quinn para Asia está funcionando. La región representó más de la mitad del total de las utilidades ajustadas del banco en el tercer trimestre.
Las utilidades antes de impuestos subieron 74 por ciento a 5 mil 400 millones de dólares, muy por encima de las expectativas, incluso representando la liberación de 700 millones de dólares de provisiones para pérdidas de préstamos. Los ingresos por comisiones subieron una décima parte en todos los negocios. Los saldos reportados en banca patrimonial y personal subieron en una décima parte. Se esperan más liberaciones de reservas.
El índice de capital principal de nivel uno del banco subió 0.3 puntos porcentuales a 15.9 por ciento respecto al trimestre anterior. Eso incluye mil 700 millones de dólares de dividendos regulatorios. El considerable colchón permite una recompra de acciones de 2 mil millones de dólares, que eliminará apenas 25 puntos base de esa cifra. Las pérdidas futuras que HSBC espera registrar con la venta de su banca minorista francesa todavía dejará el ratio muy por encima del rango objetivo a largo plazo de entre 14 y 14.5 por ciento.
Algo que no ayuda, los grupos inmobiliarios chinos están en crisis en medio de incumplimientos de pagos del endeudado titán Evergrande. Alrededor del 63 por ciento de la exposición de HSBC a las bienes raíces en China continental corresponde a promotores inmobiliarios residenciales. Ellos se verán perjudicados por una venta de liquidación de las propiedades de Evergrande, algo que derrumbará los precios de la casa.
Sin embargo, la exposición total de HSBC al sector inmobiliario chino de 19 mil 600 millones de dólares, que incluye grupos de bienes raíces incorporados de Hong Kong, es manejable en el contexto de una cartera de préstamos por valor de más de un billón de dólares.
El mayor problema es el aumento de los préstamos incobrables en todo el sector bancario chino. Los reguladores locales están endureciendo la supervisión del sector de los servicios financieros. Se centran en la gestión patrimonial, donde ven riesgos de contagio del sector inmobiliario. Pueden producirse mayores costos regulatorios, lo que incluye un mayor colchón de capital.
Mientras tanto, el llamado de Pekín a la “prosperidad común” y las medidas agresivas para reducir la creciente brecha de riqueza pueden desalentar a los multimillonarios a usar los servicios de gestión patrimonial.
Las acciones de HSBC registran un aumento de 16 por ciento desde enero, a pesar de una fuerte caída entre mayo y septiembre desencadenada por la ofensiva de China contra las empresas. Los mayores riesgos para HSBC siguen siendo políticos. Sin embargo, por el momento la mayoría de ellos están contemplados en los precios de las acciones.