La organización civil Tec Chek denunció que en México actualmente al menos ocho marcas utilizan influencers para promocionar sus productos sin restricciones a pesar de la regulación existente y los cambios que están en proceso.
A través del informe #influencerchatarra, Fiorentina García, autora de la investigación, detectó que Kellogg's, Danonino, KFC, Jumex, Nestlé, Snickers, Coca Cola y Bimbo son parte de las empresas que utilizan este método para promocionar sus productos sin restricciones, aunque en otros medios como la televisión y la radio ya estén regulados, esto solo entre septiembre de 2021 y enero de 2022.
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“Influencers, agencias de marketing y empresas de la industria de comida chatarra hacen lo que quieren en las redes sociales a costa de los derechos de la población consumidora”, condenó durante la presentación de dicho informe.
Especialistas de la organización junto al Poder del Consumidor, la Unicef y otros organismos condenaron el actuar de estas empresas, pues estiman que los más afectados son los menores de edad, ya que aseguran que en 45 minutos mirando contenido de TikTok, Facebook e Instagram, 69 por ciento de los menores de edad reciben publicidad de algún producto no saludable.
Y los menores generan la necesidad de consumo, ya que personas a las que admiran o influyen en su actuar los promocionan disfrazando el anuncio como una recomendación o trend de baile, tal es el caso de la influencer Carol Sevilla que con 23.3 millones de seguidores en TikTok realizó una campaña para Kellogg's que alcanzó 5.5 millones de clics, 704 mil me gusta y más de 3 mil comentarios.
“La legislación lo que dice es que no podemos engañar, si bien se permite que haya publicidad y esa puede ser a través de influencer, los influencer no pueden engañar entonces si no está revelando que está recibiendo un pago por eso y está dando atributos a esos alimentos y bebidas chatarra que no los tienen, entonces está engañando”, condenó Clara Luz Álvarez, doctora en derecho especialista en telecomunicaciones.
Pero esta sobreexposición a comida no saludable que tienen los menores en redes sociales no es lo que más preocupa a los especialistas, pues afirman que la situación ha escalado a que sean los propios niños los que promocionen dichos productos en redes sociales sin regulación, esto ya que ellos pueden generar contenido solo si sus padres administran su cuenta.
“Cuando un influencer sea niño o no niño, no revela que está siendo pagado para realizar esa recomendación de un producto o decir que un alimento chatarra tiene valores nutrimentales, entonces ahí la responsabilidad recae en padres y tutores”, condenó Álvarez.
Por lo que las organizaciones civiles piden una regulación a los influencers y el contenido que generan en redes sociales, ya que en 2020 la Procuraduría Federal del Consumidor solo hizo ocho monitoreos en redes sociales.
AMP