Si crees que el monstruo de Frankenstein o Drácula dan miedo, es porque nunca has tenido problemas con el fisco... Por ello, te presentamos cinco historias de terror fiscal que te quitarán el sueño.
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La fábrica embargada
Aún no terminaba de ponerse al corriente la nueva administración de la empresa Nueva Era S.A. de C.V., cuando al revisar toda la documentación archivada, Luis, uno de los mejores empleados, se percató que el edificio en los que se encontraba la compañía estaba embargado y en cualquier momento podrían tocar la puerta para desalojarlos.
Lo que pasa en Las Vegas se queda en la aduana
Pedro y Antonia estaban por cumplir 50 años de casados. Después de tantos esfuerzos y ahorros, habían decidido hacer ese soñado viaje a Las Vegas, hospedarse en aquel suntuoso hotel que tanto imaginaron y, ¿por qué no?, comprar esos lujosos relojes que sellarían el eterno recuerdo de su aniversario de oro.
Pedro no daba crédito a lo que estaba pasando, no podía creer que la historia de sus bodas de oro fuera empañada y que, incluso, se viera obligado a entregar el poco dinero que les sobró de su viaje para el pago de ese cobro requerido por la insensible aduana.
No se lleven mi coche
Esa mañana Erika se despertó más temprano que de costumbre, debía llevar a uno de sus dos hijos al médico para después dejar a ambos en la escuela y dirigirse al trabajo. Afortunadamente no había mucho tránsito ese día, por lo que pudo cumplir con todas sus actividades a tiempo.
Ya en su trabajo, estaba revisando unos pedidos cuando repentinamente escuchó un alboroto en el estacionamiento, se asomó por la ventana y observó que estaban poniéndole una etiqueta a su auto. Salió corriendo al estacionamiento y preocupada preguntó qué estaba pasando. Ese joven con chaleco rojo y cara de pocos amigos le respondió que la empresa debía impuestos y que si no los pagaban iban a embargar todo lo que estaban marcando.
Adeudo fiscal imposible de pagar
Una tarde de primavera, era evidente la gran sonrisa de Juanita al ver a aquellos niños y niñas huérfanos disfrutando de su día a día, jugando alegremente y sin preocupaciones en el patio del albergue. Le hacía sentir un aire de orgullo saber que esos pequeños tenían un lugar donde podían crecer con mejor calidad de vida, pero esa alegría y tranquilidad de pronto se desvaneció, al momento en que su padre, Don Paco, llegó con una horrible noticia: “embargaron el albergue”.
Mon indentité
Aquel joven salió de esas oficinas por cuarta vez y su confusión no podía ser mayor. A pesar de no hablar un perfecto español, estaba seguro de haber seguido todas las instrucciones y cubierto todos los trámites como se lo habían pedido. Pese a ello, aún tenían dudas de su identidad y no le entregaban su firma electrónica, herramienta que en estos tiempos es indispensable para que una empresa empiece a funcionar.
Estos y más casos verídicos podrás leer en “101 Historias de Terror Vividas por Contribuyentes en México”, escrito por la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon).
GGA