Todos sabemos que la cultura del ahorro es primordial para tener unas finanzas sanas, por lo que desde la infancia muchos comienzan con este habito depositando su mesada en una alcancía en forma de cerdito. Esta costumbre es utilizada en muchas partes del mundo y la razón por la que este animal doméstico es la más famosa es una curiosidad producto del lenguaje.
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El origen de tan singular tradición se remonta a hace casi 600 años, durante la Edad Media, en la zona de Gran Bretaña, mucho antes de que existieran los primeros bancos modernos. En esa época, las personas ya guardaban su dinero en casa, no debajo del colchón, como probablemente lo hacían tus abuelos, sino en tarros de cocina fabricados con una arcilla de la que estaban hechos también sus platos y ollas, ya que el metal era costoso y rara vez se utilizaba parta artículos domésticos.
El material era de bajo costo y de color anaranjado y recibía el nombre de 'pygg' por los habitantes de las islas británicas, convirtiéndose en el depósito ideal para los ahorros.
El inglés temprano tenía una pronunciación diferente al moderno por lo que la palabra 'pygg' se habría pronunciado 'pug'; sin embargo, a medida que la pronunciación de 'y' cambió de 'u' a 'i', con el paso del tiempo se asemejó cada vez más a la palabra pig, que significa cerdo en inglés. Esto provocó que los europeos olvidarán paulatinamente que 'pygg' se refirió alguna vez a ollas, platos y jarras.
De acuerdo con el sitio de internet The Financial Brand, en el siglo XlX los alfareros ingleses recibieron pedidos de recipientes para almacenar el dinero de diversos bancos, y gracias a la confusión que generó el pedido por la pronunciación, se comenzaron a producir recipientes en forma de cerdo.
La peculiar forma atrajo a adultos y niños, por lo que fueron todo un éxito. El resto es historia.
lvm