Con cuidado, Juana Ricaño Cruz acomoda su fruta que ha comprado en la central de abastos; la limpia y va ordenando en pila cada uno de sus productos que atrae a la gente que entra al Mercado 1 de Mayo, lugar en el que vende desde años atrás, y por el que tiene clientes frecuentes que le consumen frutas varias y de temporada, "las que más llevan y gustan".
Desde su lugar, observa cómo entra la gente al Mercado, mientras una persona coloca gel antibacterial a las y los usuarios que pasan por un tapete desinfectante que está sin producto, para iniciar su recorrido por el lugar y comprar mercancía o alimentos.
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"Seguimos en las mismas, con más cuidados porque realmente ahorita las autoridades del mercado nos pidieron cooperación para que una persona pueda tomar la temperatura y colocar gel en la entrada del lugar, porque antes, entre los locatarios, hacíamos ese trabajo.
"Se les paga un sueldo a los muchachos que están en la entrada, por lo que es un gastito más, aunque a muchos sí les convino porque pagaban 30 pesos diarios, y ahora desembolsamos 130 cada ocho días", dice, mientras pule una manzana para sacarle brillo y colocarla en su lugar.
Asegura que ningún locatario ha enfermado de covid-19 dentro del mercado, ya que se han extremado precauciones, debido a ello es indispensable que se siga pagando el servicio para evitar que haya contagios en el lugar, lo que provocaría que lo cerrarán y esto ocasionaría indudablemente, afectaciones a sus ventas.
"En el mercado se ha tratado de que se lleven a cabo las medidas sanitarias, por ejemplo, son pocas las personas adultas mayores que vienen a consumir porque luego no tienen quién les haga las compras o a veces vienen por su mandado o comida, porque viven solitos, pero la mayoría de la gente ya respeta, porque al principio batallábamos mucho porque se ponían violentas.
"Seguimos implementando las medidas sanitarias y sobre todo en este momento más, porque estamos en una situación complicada porque se vino esta tercera ola y tengo la esperanza de que las autoridades no se pongan estrictos con las medidas, porque de aquí dependemos muchos", explica.
Y es que la vida de comerciante de Juana cambió desde que inició la pandemia ya que antes, comenta, compraba sus frutas por caja, pero el consumo bajó por el confinamiento, "así que ahora compro por kilos para evitar que que se me quede producto.
"Lo que fue el año pasado mis ventas se cayeron, pero en este 2021 llevamos tres meses, cuando informaron que estábamos en semáforo verde, bendito Dios hubo un levante, pero esta semana pasada sí estuvo flojo, aunque de nuevo empezamos a ver a más gente y esperamos que siga así", dice Juana.
Ella asegura que la pandemia no le da miedo, "jamás me sugestioné y seguí todas las recomendaciones para evitar el contagio, también mis hijas que son quienes me echan la mano.
"Lo buenos es que nos están dejando trabajar a todos y nada más nos avisaron porque tenemos un nuevo horario de cierre que es a las 18:00 horas, y todos lo estamos respetando porque no queremos que nos cierren, también que no lo hagan a los negocios del centro histórico porque de ahí viene nuestra mayor clientela, es un apoyo.
"Sólo así nuestra economía podría mejorar un poquito, por lo que le pido a Dios, así como a todas las personas, que nos cuidemos, que cuidemos nuestros negocitos, que haya salud y que también hallen empleo las personas que lo han perdido, porque es difícil cuando no se tiene trabajo", concluyó.
Así ha sido el trabajo en los mercados para seguir en pie a pesar de l pandemia