“Va mejorando el tono de la conversación con la 4T”: Garza Sada

Armando Garza Sada

Hay una buena oportunidad para una mejor colaboración del gobierno y el sector privado; ya es casi una obviedad decir que la fuente de crecimiento de México, del mundo, es la IP, afirmó Garza Sada.

Armando Garza Sada, presidente del consejo de Administración de Grupo Alfa | Roberto Alanis
Víctor Hugo Michel
Ciudad de México /

La relación entre la iniciativa privada y el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ya dio la vuelta a la página a un difícil inicio y ahora se avizoran nuevas oportunidades de cooperación en el resto del sexenio sin que pese la ideología, vaticina Armando Garza Sada, presidente del consejo de Administración de Grupo Alfa e integrante del influyente Grupo de los 10, que incluye a algunas de las empresas más poderosas de Monterrey.

Arrancamos con dos o tres tropezones”, reflexiona en entrevista con MILENIO. “Pero sí ha ido mejorando el tono de la conversación. Empezamos con más desgaste del que hubiéramos querido pero poco a poco eso se ha ido construyendo para lograr proyectos como (el plan nacional de infraestructura) que realmente están muy filtrados, que son proyectos ya aprobados, ya con un análisis económico, ya con un financiamiento. Son proyectos que pueden destapar de forma importante la inversión en México.”

En conversación de fondo, Garza Sada define que la paciencia y tolerancia han sido centrales en el acercamiento que se ha logrado con la 4T después del complicado inicio que significó la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

-Parece que IP y gobierno se están redescubriendo...

Hay dos cosas, y eso hay que reconocerlo: hay gente que nunca se va a llevar con una persona de izquierda y hay personas de derecha que tampoco. Pero el mundo está lleno de gente razonable y yo creo que hay que buscar entre esos cómo hacerle. Y a veces eso es lo que genera malos momentos, pero la mayoría somos normales y puedes hablar con confianza y con optimismo de que te pueden escuchar y de que pueden tomar en cuenta una opinión después de revisarla y a pesar de que los objetivos y la visión sean otros. 
Hay cosas que son naturalmente mejores para el país. O sea, siempre va a ser mejor para la economía del país que la economía crezca más, no me importa en qué modelo económico.
Axtel | Especial

-En los últimos dos años se tuvo que recodificar la relación del gobierno y la iniciativa privada, tras varios altibajos. ¿Cuáles son estos nuevos códigos comunes, este nuevo lenguaje que están tratando de establecer las dos partes en este proceso?

Siempre te tienes que recodificar, aunque no cambie el partido (en el poder). Yo recuerdo a mi padre y a mis abuelos lidiando con (Adolfo) Ruiz Cortines, (Adolfo) López Mateos y Miguel Alemán y tal. Todo está en mi memoria. De lo que me ha tocado, no era lo mismo Fox que Calderón, no fue lo mismo Calderón que Peña y Peña que el presidente Andrés Manuel López Obrador. 
Creo que como mexicanos los españoles nos dejaron un poquito menos de dosis de tolerancia de la que nos convendría. Nos conquistaron en plena Inquisición. Eran los dueños de la verdad, querían que todos pensáramos igual y nos hicieron intolerantes. Como en todo, hay primero que respetar la legitimidad de un proceso electoral abrumador y después tenemos la necesidad de ir construyendo la confianza y que te crean si estás diciendo algo que no es lo que normalmente se oye en una mañanera.

-¿Se sientan las bases para una mayor colaboración gobierno-IP en lo que queda de este sexenio?

Sin duda es una oportunidad. Me preocupa que el tono se puede viciar por los problemas de la pandemia. La pandemia ha creado dos cosas, en términos generales: un recrudecimiento de la falta de inversión y un recrudecimiento del desempleo por incapacidad de pagar. Si tú tienes una cadena de restaurantes no puedes mantener una fuerza laboral sin tener ingresos. Y si la puedes mantener te va a durar poco, entonces creo que necesitamos un proyecto de estímulos fiscales, aunque hay reticencia sobre el tema. 
Ahora, el presidente tuvo la sabiduría de no gastar al principio. Mucha gente acabó sus márgenes de maniobra fiscal cuando los países estaban parados. Entonces, aunque se gastó y se generó ese pasivo adicional, el impacto no fue el esperado.
Armando Garza Sada, presidente del consejo de Administración de Grupo Alfa | Roberto Alanis

-¿El timing no era el adecuado para un rescate de ese tipo?

Yo fui de los que defendía que deberíamos empezar a gastar rápido. Hoy pienso que este problema era tan nuevo que no le entendía y resultó superior haber sido cautos en aumentar el déficit público hasta que no hubiera movilidad social, hasta que la gente pudiera ejercer el gasto. El gasto público tiene un multiplicador en la economía, a veces se gasta hasta tres veces, a veces cinco, a veces siete, según sea el caso. Debemos esperar a que ese gasto público esté en un ambiente donde haya movilidad para que el impacto en el consumo sea mayor.

-¿Cómo visualiza usted la transformación de México y la IP en los siguientes 4 años que quedan al actual gobierno federal?

México tiene todo para que nos vaya muy bien. La transformación de México está en la capacidad de diálogo. La vida me ha permitido viajar y la verdad y yo me sorprendí la primera vez que vi en Chile a los políticos y los empresarios que se pueden gritar en público enfrente de periodistas y al rato se están echando una cerveza porque saben convivir. Creo que si algo tenemos que aprender es el respeto y la tolerancia. Entender que cada uno está defendiendo su forma de vivir, su forma de pensar y quizá ahorita hay un estado de ánimo de alerta en algunas personas por ver muy polarizada la sociedad. Un poquito lo que pasa con Estado Unidos. Creo que la gran transformación debe ser recuperar un mayor embonamiento.

-¿Qué han significado estos meses de ajustes y de cambios para Armando Garza Sada?

De todo. Es de los fenómenos más inesperados y complejos que hemos vivido, pero en estas épocas de mal humor hay que empezar por lo bueno. Tenía a toda mi familia fuera de México y ahora todos están aquí. Estamos comiendo en familia, disfrutando. Estoy más tiempo en mi casa, me gusta cultivar el jardín y he disfrutado mucho ese lado.
¿Qué es lo menos agradable? Pues la incertidumbre, quizá sea más la angustia. Somos gente que hemos trabajado toda la vida haciendo análisis y es difícil regresar a ser intuitivo o especulativo en tu forma de tomar decisiones o demasiado prudente porque se puede esperar lo peor.

-Alfa es un grupo empresarial muy diverso que va del ramo de alimentos hasta el de lo automotriz, telecomunicaciones y energía, por mencionar algunos. ¿Cómo han enfrentado los cambios que ha traído la pandemia?

La diversidad te hace humilde. Siempre alguien sabe más de cualquier cosa. Entonces, el estratega es realmente una organización, es un equipo de trabajo que plantea y propone circunstancias, decisiones, adquisiciones, acabamos de anunciar una adquisición ayer, y también hay que ser prudentes o cautos. En la compañía, al haber tanta diversidad, la estrategia se hace de abajo hacia arriba, al escuchar a los que están día a día en la línea de fuego. Son los que proponen las mejores decisiones, para ya sea salir de un negocio, acentuar nuestra posición, crecer, aumentar la capacidad instalada, comprar una compañía, etc.

-El mes pasado decidieron escindir Nemak de grupo Alfa, ¿De qué manera va a potenciar esta decisión la presencia de Nemak en el mercado automotriz?

Nemak es una compañía ya madura. No es una compañía grande, es una compañía que llegó a tener un liderazgo mundial en su mercado y lo tiene. Entonces le da flexibilidad. Nemak debería explayarse lo más que sea conveniente sin tener que competir por recursos de Alfa y que Alfa pudiera decir ‘yo quiero invertir en alimentos, en el sudeste asiático’. Al hacer de Nemak una compañía financieramente pura e aislada y que va a tener su consejo, va a determinar que hacer sin necesitar competir con los fondos del resto del grupo. Casualmente, la pandemia está generando una serie de oportunidades no menores. 
Hay muchas empresas sobre apalancadas en Estados Unidos, que entraron en la pandemia con niveles de apalancamiento fuertes y que con el tropezón que se dio en volúmenes de marzo a abril, junio a julio, pueden estar en un momento difícil y ahí es donde hay oportunidades de hacer combinaciones y consolidar la industria.

¿Estamos viviendo el momento de mayor revolución en la historia de la industria automotriz?

Es uno de los más importantes. Además, por razones de distribución, por razones de legislación, por los cambios en el motor eléctrico, el híbrido y el de combustión interna, van a tener cierto cambio gradual. Creo que tenemos espacio para ir buscando y permitir que Nemak migre a una compañía de piezas estructurales, de charolas de baterías y vayamos encontrando nuevos campos de actividad, mientras vamos perdiendo los volúmenes de cabezas.

-¿Qué tanto pueden influir las elecciones estadounidenses? Donald Trump y Joseph Biden tienen posturas muy diferentes respecto al futuro de la industria automotriz y el papel de los autos eléctricos.

Si, yo espero y quiero que vengan estos cambios por el bien del mundo, el medio ambiente. Pero esos proyectos no van a ser tan inmediatos como los esperan los consumidores. Es francamente difícil darle la vuelta a tanta capacidad instalada, a tanto volumen de automóviles que se producen en el mundo. 
La opinión más educada que yo he escuchado para la solución de Europa, por ejemplo, que es quizá el mercado más exigente en cuidar el medio ambiente, técnicamente hoy, no es un auto eléctrico, es un híbrido diésel. Por como veo que vienen las cosas, sin duda vamos para allá, pero sería incluso contraproducente que todos los carros del mundo fueran eléctricos.

-En la la parte de Sigma, ¿Cómo ajustaron ustedes sus procesos y estrategias para prever el abasto de alimentos durante la pandemia?. Estamos hablando de que son 70 plantas en 14 países.

Fue diferente por zona geográfica. La pandemia llegó justo después de la fiebre africana porcina, que estaba generando un desabasto importante del puerco y el puerco es el principal insumo de nuestra empresa de alimentos. Entonces, en cierto sentido llegó como un alivio, porque la corrección en China redujo el consumo en forma importante temporalmente y permitió que los chinos, que tienen una gran capacidad administrativa, revivieran y crearan nuevas fuentes de suministro.
Grupo Sigma | Especial

Para mi sorpresa, la combinación de la caída en China con la gran importancia que tiene China como productor y consumidor de puerco alivió un problema que teníamos de desabasto. Fuera de eso, restaurantes y hoteles están teniendo momentos muy difíciles. Son un mercado muy importante para nosotros, particularmente en México, pero en el resto de las plantas tenemos protocolos muy rigurosos, los problemas que hemos tenido de covid, son más bien problemas generados en la vida personal de los trabajadores.

-¿Qué significa la entrada en vigor del TMEC para Alfa? ¿Es una oportunidad de oro para captar capitales que estaban en Asia y que tendrán que migrar de vuelta a América del Norte?

Estamos en el mismo horario que Estados Unidos, estamos geográficamente cerca, hay muy buena logística, mucha gente habla inglés en México. Es francamente natural que la gente que tenía inversiones en China busque otra alternativa debido a los pleitos que hay entre Estados Unidos y China. Lo puedes ver en Vietnam: las estadísticas del crecimiento de los últimos tres años son impresionantes, pero está saturado. 
No es tan grande como México, salió del comunismo hace menos, no tiene la sofisticación ni en educación, ni puertos, ni ferrocarriles, ni carreteras. Entonces ojalá y en México aprovechemos eso porque hay una gran oportunidad para la economía mexicana y a nosotros nos beneficia que a México nos vaya bien.

-¿Percibe por parte del gobierno federal mexicano una visión estratégica para atraer estos capitales que vendrán de Asia a Norteamérica?

Sí, hemos tenido conversaciones al respecto. El gobierno es un gobierno nuevo con una visión distinta y tiene sus propios proyectos y el problema fue que entre lo difícil que estuvieron los últimos dos años, combinado con la pandemia, los márgenes de maniobra y los financieros ya no son tan grandes. Entonces, ellos van a tomar sus decisiones. La oportunidad ahí está. Más que invertir en ello o generar un proyecto, lo que sí hay es una oportunidad para destrabar lo regulatorio. El presidente usa mucho el término del “elefante reumático” y es verdad: hay trámites que son increíblemente complejos en este país y ojalá actuemos en ese sentido.

-¿Qué tan atado está el destino de Alfa al crecimiento de México?

Alfa tiene un poquito más de setenta por ciento fuera de México, pero sí es, un país muy importante, quizá en ciertos sentidos el más importante junto con Estados Unidos. Pero sí tenemos la suerte de tener porciones importantes en Europa, Sudamérica y en Asia. Entonces... treinta por ciento. Esa es la importancia.

-¿Qué papel tiene que jugar la iniciativa privada en la generación de crecimiento económico del México en el que estamos ahora?

Ya es casi una obviedad decir que la fuente de crecimiento de México, del mundo, de Estados Unidos y de China es la iniciativa privada. Esa interacción entre gobierno y sector privado es cada vez más importante para tener éxito como sociedad.

-¿Cómo va el esfuerzo filantrópico de Alfa?

Estamos muy orgullosos. Teníamos el contexto del Museo de Ciencias pero hace unos 10 años encontramos difícil el camino de cómo evolucionar. Dentro de ese gremio hay cosas fantásticas que cuestan centenas de millones de dólares y que no teníamos la dimensión en nuestra empresa. Y continuar algo mediocre no es nuestro estilo. 
(Por eso) con la premisa de que una educación de carrera en los Estados Unidos transforma y además para generar esperanza dentro de sus comunidades, empezamos un proyecto con una escuela que estuvo muy bien diseñada y hemos creado un fenómeno de tener, quizá, a los mejores muchachos en aspectos de ciencias, tecnología, inglés y computadoras. Todos casi traen 93, 94 de promedio. Los están aceptando en Northwestern, en Dartmouth, en la Universidad de Texas. Una niña estuvo en lista de espera en Princeton, que es la universidad más difícil de entrar en los Estados Unidos.
Es padrísimo ver cómo gente con un inglés no existente y con un nivel socioeconómico bajo se están redescubriendo. Escogimos ayudar mucho a pocos en vez de ayudar poco a muchos.


FS

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