El mercado de interiorismo corporativo en México retomó un nuevo brillo tras el impacto que significó la pandemia de covid; muchas empresas volvieron a las actividades físicas en las oficinas, aunque con nuevos modelos de trabajo, lo que significó una creciente demanda de remodelaciones o cambios de sede.
Datos de JLL muestran que la demanda de nuevas oficinas en ciudades como Monterrey y Ciudad de México creció en los últimos dos años a una tasa superior a 45 por ciento.
Esto, y con datos también de la consultora Newmark, generó que el valor de mercado de construcción y adecuación de espacios corporativos en las tres mayores urbes de México superará los mil 500 millones de dólares.
“La competencia es muy ardua, a la vez son pocos los clientes que siguen usando espacios triple A. Aunque solo beneficia a los arrendatarios por la facilidad de obtener mejores espacios de corte internacional a un precio muy bajo”, comentó Alberto Laris, socio fundador de GAYA, en entrevista a MILENIO.
El costo del interiorismo en México es muy relevante; de acuerdo con Newmark, alrededor de 41 por ciento de los costos de construir una oficina, sin importar si es estándar, lujosa o eficiente, corresponde a interiorismo, mientras que el resto es para edificación dura.
El costo de construir un espacio como oficina estándar en México es de mil 250 dólares por metro cuadrado, el segundo más caro de América Latina, sólo superado por Guatemala, que allá es de mil 328 dólares.
Pero considerando solo aquellos espacios triple A, México es el cuarto más caro de la región con mil 600 dólares, mientras que por encima están los mercados de Guatemala, Perú y Costa Rica.
“Han cambiado los metrajes y el uso de los espacios; al diversificar la manera de trabajar e implementando en muchas ocasiones el trabajo híbrido, los espacios antes designados como lugares fijos de trabajo ahora se vuelven espacios más colaborativos y flexibles, dando pie a que el ir físicamente a una oficina sea para promover el trabajo en equipo”, explicó Ximena Díaz, gerente general de la Asociación Mexicana de Interiorismo Corporativo (AMIC).
Afirmó la líder de la industria que las empresas tienen un mayor interés en que sus colaboradores regresen de manera presencial a sus oficinas, para que de esta manera se impulse no solo la productividad, si no el sentido de una comunidad.
“Esto deriva en más áreas colaborativas, cambios o mejoras en la imagen de sus espacios, espacios de concentración que no pueden encontrar en casa o en los llamados terceros lugares de trabajo y espacios designados a los encuentros más sociales. Todo esto origina que se estén solicitando más metros cuadrados o que los ya existentes están siendo intervenidos en menor o mayor medida, dependiendo del giro de las empresas y las necesidades específicas de cada una de ellas”, destacó.
Disponibilidad
Las empresas en México, principalmente con el nearshoring y la reactivación económica tras la pandemia, están demandando nuevos espacios, por lo que los constructores se toman en serio esta necesidad.
De acuerdo con JLL, tanto en Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, hay 2 mil 217 metros cuadrados disponibles para corporativos, mientras que hay 629 mil metros en construcción.
Por este motivo, Ximena Díaz, de AMIC, afirmó que se está reactivando el sector del interiorismo corporativo, debido a que en años anteriores se tenía a más personas llevando a cabo teletrabajo casi a tiempo completo, por lo que no había mucho interés en cuanto a remodelaciones o construcción de nuevas oficinas.
"A partir de este año hay mucho más movimiento por parte de empresas que se están enfocando, ya sea en remodelar o hacer crecer sus oficinas existentes, para atraer la atención de sus colaboradores, para que quieran regresar a trabajo presencial o crear el ambiente y los espacios adecuados para que las personas puedan llevar a cabo un trabajo híbrido", aseguró Ximena Díaz.
Acondicionamiento
La tendencia actual del interiorismo corporativo es de acondicionar y diseñar oficinas con menos espacio porque la mayoría de los empleados no se encuentran de manera presencial en el sitio, esto quiere decir que "se ha reducido 30 por ciento del espacio, que antes era utilizado para oficinas”, según datos de GAYA.
De acuerdo con la AMIC, el costo de la construcción en promedio aumentó entre un 15 y 20 por ciento en comparación con los valores reportados previo a la pandemia de Covid-19.
Dentro de lo más costoso en los insumos del interiorismo corporativo, Ximena Díaz considera que son “las instalaciones eléctricas y de seguridad, que suelen ser lo más alto en precios, principalmente la de aire acondicionado, pero dependiendo del proyecto”.
“Un gran costo dentro del proyecto también pueden ser las instalaciones de CCTV (Circuito Cerrado de Televisión), Detección de Humo y Control de Acceso”, agregó la especialista.
Respecto a los tiempos de entrega, suele variar por el análisis de la venta consultiva en torno a las necesidades de cada cliente y el espacio a diseñar así como acondicionar; un espacio promedio de una oficina es de mil a mil 500 metros cuadrados, de acuerdo con cifras de GAYA.
“Un proyecto de interiorismo, con sus debidos cálculos de ingeniería y talento puede tardar un par de meses, que depende de la capacidad y velocidad del equipo diseñado así como del cliente”, explicó Alberto Laris.
El tiempo aproximado de un proyecto de interiorismo promedio podría ser de 28 a 30 semanas en relación a los metros cuadrados que el cliente solicite, principalmente por los tipos de acabados y el acondicionamiento especializado que requiera.
“Esto deriva en más áreas colaborativas, cambios o mejoras en la imagen de sus espacios”, dijo Ximena Díaz.
EDD