México cayó cuatro posiciones en el Índice de Tecnologías de Frontera que cuantifica la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), al pasar de la posición 57 en 2021 a la 61 en 2023, de un total de 166, además quedó atrás de otros países de América Latina, como Costa Rica (posición 57), Chile (48) y Brasil (40).
Las tecnologías de frontera son aquellas que aprovechan la digitalización y la conectividad, incluyen a la inteligencia artificial, internet de las cosas, big data, blockchain, 5G, impresión 3D, robótica, drones, edición de genes, nanotecnología, la energía solar fotovoltaica, el hidrógeno verde, entre otros.
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De acuerdo con el Informe de Tecnología e Innovación 2023, las 17 tecnologías de frontera cubiertas en el informe ya representan un mercado de 1.5 billones de dólares, que podría crecer a más de 9.5 billones en 2030, aproximadamente tres veces el tamaño actual de la economía india.
Sin embargo, hasta ahora, las economías desarrolladas están aprovechando la mayoría de las oportunidades, dejando a las economías en desarrollo más rezagadas. En tres años, la participación de los países en desarrollo en las exportaciones mundiales de tecnologías de frontera cayó de más de 48 por ciento a menos de 33 por ciento.
La UNCTAD advirtió que pocos países en desarrollo tienen las capacidades necesarias para aprovechar estas tecnologías. El Índice de Tecnologías de Frontera muestra que las naciones de América Latina, el Caribe y África subsahariana son los menos preparados para usar, adoptar o adaptarse a las tecnologías de vanguardia y corren el riesgo de perder las oportunidades tecnológicas actuales.
México
El informe señaló que un ejemplo de la brecha entre los países desarrollados y en desarrollo es evidente en el gasto en investigación y desarrollo, ya que mientras países de la Unión Europea gastan 3 por ciento del producto interno bruto (PIB), México sólo invierte 0.3 por ciento.
Si se observa el número de investigadores por millón de habitantes, los países de altos ingresos tienen 4 mil 671 y México tiene 349. Al comparar este rubro con otros países de América Latina, destaca que Brasil tiene 888.
La UNCTAD resaltó el caso de México en el que se ven desafíos en la industria del aceite de palma en el estado de Tabasco, donde las regulaciones y políticas públicas débiles, la falta de proveedores competentes y la ausencia de esfuerzos de desarrollo de capacidades para adaptar tecnologías importadas no han permitido que el estado aproveche de la oportunidad de mercado derivada de la valorización de la variedad de recursos biomásicos de cosecha y residuos agroindustriales disponibles en el país.
Además, la creciente producción y la falta de un manejo adecuado de los subproductos sólidos generan un creciente impacto en el medio ambiente con residuos depositados en el suelo o quemados a cielo abierto; por el contrario, aseveró, podrían transformarse en energía dentro de un sistema de gestión adecuado, estableciendo una industria de aceite de palma sostenible.
Acciones
Ante este escenario, el organismo internacional advirtió que las oportunidades de innovación verde están limitadas en el tiempo y solo pueden aprovecharse mediante cambios en la política, sin los cuales las ventanas pueden cerrarse.
Explicó que los países que han aprovechado las oportunidades, como Brasil y China, lo han hecho a través de fuertes respuestas que incluyen políticas gubernamentales; además, para que los países en desarrollo obtengan las ganancias económicas asociadas con las nuevas tecnologías, sus empresas deben tener las capacidades requeridas. Esto incluye no solo las habilidades científicas o técnicas, sino también las políticas, los reglamentos y la infraestructura necesarios.
Pero, apuntó la UNCTAD, los países en desarrollo no pueden aprovechar las oportunidades verdes por sí solos, necesitan una economía internacional habilitadora, en la que las reglas comerciales sean consistentes con el Acuerdo de París sobre el cambio climático. De lo contrario, los nuevos sectores verdes tendrán dificultades para emerger y crecer en las economías en desarrollo, y la producción más limpia y productiva permanecerá fuera de su alcance.
srgs