Después del repunte económico, tras la crisis por la pandemia del covid-19, México podría regresar a un estancamiento si no se generan condiciones que fomenten la inversión, como reformas para abordar la seguridad pública, el estado de derecho y otras deficiencias institucionales, que le permitan beneficiarse plenamente de las oportunidades globales e impulsar el crecimiento, advirtió el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por su sigla en inglés).
En un documento, señaló que después de las elecciones intermedias del pasado 6 de junio, la aprobación de leyes requeriría mejores esfuerzos de consenso, lo que implica controles y equilibrios más sólidos; si bien esto ha disminuido las preocupaciones sobre cambios institucionales potencialmente disruptivos que podrían poner en riesgo la estabilidad macroeconómica, todavía se esperan políticas intervencionistas y desafíos para mantener la confianza de los inversionistas.
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El IIF explicó que entre 2018 y 2019, el crecimiento trimestral del producto interno bruto (PIB) promedió solamente 0.2 por ciento, muy por debajo del promedio a largo plazo del país, de 2.1 por ciento, obstaculizado principalmente por la caída de la inversión, debido a factores externos, pero más a la ausencia de un entorno institucional estable que garantice la protección de los derechos de propiedad, controles y equilibrios adecuados, y una mayor competencia en mercados.
La institución afirmó que el aumento de la incertidumbre ha sido una razón fundamental detrás de la caída de la inversión en los últimos años, lo que también ha obstaculizado la productividad y las exportaciones y si bien los factores globales han erosionado durante mucho tiempo la confianza empresarial, los obstáculos internos se han convertido gradualmente en la principal preocupación y han permanecido así, incluso durante la mayor parte de la pandemia.
Recordó que, en el frente externo, las elecciones estadounidenses de 2016, la caída de los precios del petróleo, las prolongadas negociaciones del T-MEC, la desaceleración de la producción manufacturera de Estados Unidos y los cambios en la política de inmigración de Estados Unidos jugaron un papel importante.
Sin embargo, aseveró el IIF, las condiciones internas se han vuelto más relevantes, incluidas las elecciones de 2018, las luchas por la seguridad pública y las políticas que obstaculizaron la participación del sector privado en la economía, como medidas del sector energético, debilitaron el estado de derecho, con la cancelación de proyectos aeroportuarios y debilitación de los organismos reguladores.
En este contexto, aseguró, aunque factores globales como las tendencias de reubicación en el contexto del T-MEC y el fuerte repunte de Estados Unidos podrían actuar como vientos de cola para la inversión y el crecimiento, se necesita brindar garantías a los inversionistas.
lvm