En México, cada habitante consume en promedio seis pilas primarias, de acuerdo con datos de la Asociación Latinoamericana de Pilas y Baterías (Alpiba); eso quiere decir que en el país se llegan a desechar anualmente 780 millones de baterías no recargables, ¿a dónde van a parar?
Muchas de estas baterías son consumidas a principios de cada año porque acompañan a los juguetes y videojuegos que llevan los Reyes Magos a los pequeños del hogar el 6 de enero, pero una vez que terminaron con su vida útil es importante tirarlas en un contenedor adecuado para evitar que contaminen.
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Por el tipo de materiales con que están hechas, estas baterías tienen que tener un manejo correcto, ya que están compuestas por materiales pesados como el cadmio; si son mal desechadas, la lluvia puede arrastrar sus químicos alcalinos hasta llegar a los mantos acuíferos.
Tan sólo una pila de botón (de reloj) contamina hasta 600 mil litros de agua.
La Dirección Ejecutiva de Cultura Ambiental tiene el programa Ponte Pilas con tu Ciudad, que brinda una alternativa ambientalmente adecuada para el manejo y reciclaje de pilas usadas.
Lo que recomiendan es juntar las pilas (AA, AAA, C, D, CR, cuadradas, de botón y de celular) y llevarlas a una de las 400 columnas de acopio disponibles en vialidades de la ciudad para disponer de forma segura de estos residuos.
Cada una de estas columnas alberga un contenedor interno en donde se almacenan.
Actualmente, hay columnas en 13 de las 16 alcaldías que hay en Ciudad de México.
¿Qué sucede con las baterías desechadas?
La empresa Imágenes y Muebles Urbanos (IMU) es la encargada de realizar el acopio de las pilas cada quince días y elabora un registro de las que fueron recuperadas en cada columna.
La Secretaría del Medio Ambiente de Ciudad de México (Sedema) cuenta que se almacenan en un centro de acopio temporal que tiene la empresa en el municipio de Naucalpan, Estado de México.
Una vez que se reúne más de una tonelada de pilas, se trasladan a la empresa Sitrasa, que tiene una planta de reciclaje en Irapuato, Guanajuato, donde se clasifican por su tipo.
La Sedema explicó que Sitrasa recupera la carcasa de las pilas y se reutiliza en la fabricación de alambre, llaves, varillas, partes para carro, etcétera.
Además se recuperan algunos metales como litio, cadmio, níquel y zinc, que son reutilizados en diversas cadenas productivas. Lo que no se recupera se utiliza como estabilizador de residuos peligrosos dentro de la misma planta.
AMP