Los cambios previstos por México y Estados Unidos en reglas de origen para la industria automotriz implicarán costos adicionales pero garantizarán la viabilidad del sector en el mediano plazo y eliminan el riesgo de la sección 232, que impondría aranceles de 25 por ciento a los vehículos, prevén analistas de Citibanamex.
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El reemplazo por reglas de origen más estrictas, al pasar de 62.5 a 75 por ciento, implica costos adicionales en competitividad y/o precios para los consumidores de la región; pero el acuerdo ofrece un compromiso cuyos costos pueden ser asimilados por el complejo automotriz sin comprometer su modelo de negocios en el mediano plazo.
“Más importante aún, elimina un riesgo clave, ya que la introducción de los aranceles de la sección 232 literalmente rompería la actividad manufacturera más altamente integrada en la región”.
Citibanamex estimó que los niveles de exportación están cubiertos en caso de que se implemente una medida de la Sección 232. A partir de 2017, 3.1 millones de unidades se destinaron al mercado de exportación, de las cuales 2.3 millones ingresaron a los Estados Unidos.
De acuerdo con el reporte de Citibanamex, el requisito de "salario alto", en el que al menos de 40 por ciento del contenido total debe ser producido en zonas donde los salarios son de al menos 16 dólares por hora, ayudará a reequilibrar marginalmente la producción automotriz regional a favor de los Estados Unidos y en contra de México; este aparente beneficio afectará a México y posiblemente a los productores extrarregionales instalados en el país.
Los analistas consideran que el ritmo de inversión y entrada en operación de nuevas plantas podría, en principio, permitir que la capacidad de producción se expandiera a 4.9 millones para el final de la década, pero con un riesgo a la baja de 4.7 millones en caso de que algunos productores extrarregionales reconsideren sus planes de inversión.
GGA