Tras la crisis derivada de la pandemia del covid-19, México necesita contar con mayores recursos fiscales para hacer frente a las problemáticas sociales más apremiantes y para financiar las necesidades de los sistemas de salud y educación públicas, así como las redes de seguridad social y la inversión productiva, advirtió el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEPS).
De acuerdo con el CIEP, la crisis económica y social actual, causada por la pandemia, ha resultado en un deterioro en el mercado de trabajo caracterizado por pérdidas de empleos, precarización de condiciones de trabajo y mayor desigualdad salarial, que afecta más a ciertos grupos vulnerables como las mujeres, los jóvenes, las personas adultas mayores y las personas que trabajan en el sector informal.
Ante este escenario, el centro de investigación propuso gravar el patrimonio de las personas, mediante dos tipos de gravámenes: el impuesto a la riqueza neta y un impuesto a las transferencias de patrimonio a través de herencias y donaciones.
Refirió que un impuesto a la riqueza neta, que considere el patrimonio total de las personas, como cuentas bancarias, bonos, acciones, fondos de inversión, pólizas de seguro de vida, embarcaciones, aeronaves, joyas, obras de arte y antigüedades, así como derechos de propiedad intelectual o industrial, gravaría a la población con riqueza superior a 10 mil 746 millones de pesos y se podrían recaudar hasta 99 mil millones de pesos, equivalentes a 0.4 por ciento del producto interno bruto (PIB).
Además, el CIEP propuso aumentar la recaudación al predial y la tenencia, así como mejorar la progresividad del Impuesto Sobre la Renta para las personas físicas (ISR personal).
Explicó que México tiene una recaudación por concepto de impuestos a la propiedad equivalente a sólo 0.33 por ciento de su PIB, y que el 10 por ciento más rico del país acumula 28 por ciento del valor de las propiedades inmuebles (casas, departamentos, edificios y locales).
Si todas las autoridades locales cobraran el predial con tarifas progresivas, valores catastrales que coincidan con los del mercado, y sin beneficios para las propiedades de mayor valor, podrían recaudarse hasta 378 mil mdp cada año (1.5 por ciento del PIB); esto sería siete veces más de lo que se recauda actualmente (57 mil millones de pesos).
Para el CIEP, el correcto diseño y aplicación de estos impuestos combatiría la concentración de la riqueza y con ello disminuiría las desigualdades en el país, incrementando los recursos necesarios para mitigar la crisis actual en equidad de género, salud y educación.
El coordinador de Ingresos e impuestos del CIEP, Adrián García Gómez, dijo a MILENIO que el discurso de la administración actual es aumentar la recaudación y mejorar la administración tributaria, y si bien eso ha sido favorable, no es suficiente.
"Hay que ver qué tipo de impuestos puede cobrarse, obviamente, que se paguen de una manera justa, en buscar el principio de progresividad, tratar de que los que más tienen, sean los que más aportan", señaló.
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