México podría ofrecer ajuste fiscal del 1.9% del PIB en déficit tradicional en 2025: UBS

La presidenta Claudia Sheinbaum no sólo heredará el mayor déficit fiscal en más de treinta años, sino que será en un contexto con aumentos en costos de pensiones y mayores compromisos de protección social.

Pesos mexicanos se ven en esta ilustración fotográfica tomada el 3 de agosto de 2017. Foto: (Reuters)
Ciudad de México /

La nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, promete reducir el déficit fiscal a 3 por ciento, lo que es uno de los mayores ajustes fiscales registrados, sin embargo, la firma financiera UBS consiseró que en un panorama “realista” lo que se puede lograr es un ajuste de 1.9 por ciento el próximo año.

Advirtió que la mandataria no sólo heredará el mayor déficit fiscal en más de treinta años, sino que lo hará en un contexto con aumentos de los costos de las pensiones y mayores compromisos de protección social.

Esto en conjunto con desafíos operativos y financieros en curso en la estatal Pemex, disminución de los fondos fiduciarios del sector público y rendimientos decrecientes de las eficiencias fiscales.

Sin embargo, las proyecciones del gobierno cuentan una historia diferente: Los Criterios Generales de Política Económica para 2024 incluyen una caída estimada de 1.3 puntos porcentuales del Productos Internos Bruto (PIB) en el gasto operativo.

Señala que la mayoría de los recortes provienen de subsidios, una categoría que incluye todos los programas sociales específicos del ex presidente Andrés Manuel López Obrador.

Ante este panorama, el banco suizo refirió que para lograr el ajuste de 1.9 por ciento tendría que haber precios del petróleo más altos.

Sin embargo, la estimación del Ministerio de Hacienda para los precios del crudo mexicano en 2025 es baja: 58 dólares por barril en los criterios previos, por debajo de las previsiones de crudo de UBS.

También se incluye una menor asistencia a la empresas estatal Pemex, ya que la que recibió en 2024 fue una partida presupuestaria que coincidía con la amortización de la deuda de la empresa para el año.

“Si las autoridades fiscales ofrecen a la petrolera la misma asistencia el año que viene, se producirían ahorros, ya que la amortización de Pemex se reduciría de 10 mil 900 millones de dólares este año a 7 mil millones de dólares el año que viene”, detalló.

Otro punto sería un menor gasto de capital, ya que de acuerdo a lo registrado en el documento de criterios de 2024, se espera que el gasto de capital caiga un 1.1 por ciento del PIB, y aproximadamente la mitad provendrá de inversiones fijas y el resto de inversiones financieras.

“Aunque el gasto en bienes de capital fijo tiende a caer en el primer año de las administraciones mexicanas, esto nos parece demasiado ambicioso”, dijo.
“Por un lado, se espera que el gasto en los proyectos de infraestructura clave del ex presidente López Obrador disminuya, pero no todos están terminados y algunos requerirán gastos adicionales para fines operativos y de mantenimiento”.

En segundo lugar, agregó que la actual administración tiene ambiciosos planes de infraestructura propios, en particular para ferrocarriles de pasajeros, y se espera que el gasto en líneas específicas (México-Querétaro) se acelere el próximo año.

El banco suizo señaló que el gasto en pensiones aumentará inexorablemente a medida que la población envejezca y podría incrementarse si el Congreso aprueba la reforma constitucional propuesta por López Obrador que exige que los trabajadores del sector formal reciban su salario completo al jubilarse si ganan menos que el salario promedio registrado en la seguridad social.

Mientras tanto, Sheinbaum promete consolidar los programas sociales del ex mandatario y agregar programas propios.

El banco añadió que los gobiernos mexicanos tienden a aumentar su gasto de capital después de su primer año.

“Más allá de sus compromisos con los ferrocarriles y la vivienda, Sheinbaum puede tener que aumentar la inversión en energía, agua, puertos y carreteras para aprovechar la deslocalización y cumplir con los objetivos de transición energética que se fijaron”, dijo.

De acuerdo con la firma financiera, un ajuste fiscal de este tipo tiene pocos paralelos en la historia de México.

En 1991, en el gobierno de Salinas, el gasto total cayó 2.8 por ciento del PIB, pero eso fue debido a una caída en el pago de intereses que, debido a la estructura de la deuda, no puede reproducirse hoy.

Cuatro años después, en 1995, cuando estaba Ernesto Zedillo al frente del país, el gasto programable cayó 1.4 por ciento del PIB, pero eso fue en medio de la crisis del tequila, y la caída fue compensada casi en su totalidad por el aumento de los costos financieros.

“Tal vez la comparación más pertinente sea la reducción de 2.9 por ciento del PIB en el gasto programable implementada por el presidente Peña Nieto en 2017”, comentó.
“Sin embargo, parte de ese recorte en el gasto provino de la asistencia de 4.4 mil millones de dólares que el gobierno le dio a Pemex en 2016, asistencia que no se esperaba que se repitiera pero que luego se volvió recurrente bajo la administración de López Obrador”.

MRA

  • Fernanda Murillo
  • Economista por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), foodie y swiftie. Actualmente reportera del sistema financiero, macroeconomía, organismos financieros y banca multilateral internacional, mercado de valores, agentes y mercados globales.

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