La Federación Internacional de Administradoras de Fondos Para el Retiro (FIAP) ubicó a México en el puesto 37 de 43 en la evolución de los sistemas de pensiones.
De acuerdo con el Índice Mundial de Pensiones de Mercer 2021, los mejor evaluados fueron Islandia, Países Bajos y Dinamarca y los peor evaluados los de Filipinas, Argentina y Tailandia.
Pero los resultados para los países de Latinoamérica muestran que las pensiones siguen siendo un importante desafío en la región. Chile fue el mejor calificado en el lugar 16° con 67 puntos de 100 posibles , Uruguay en el lugar 20, Colombia en el lugar 25, Perú en el lugar 29, Brasil en el lugar 30, México en el lugar 37 con 49 puntos y Argentina en el lugar 42 con 41,5 puntos.
El FIAP indicó que los sistemas de pensiones en países de América Latina y algunos europeos tiene algunas “buenas características”, pero que también tiene importantes riesgos y/o deficiencias que deben abordarse, ya que sin estas mejoras, se puede cuestionar su eficacia o sostenibilidad de largo plazo
- Te recomendamos Con protestas, piden auditoría al Iseemym y frenar reformas a pensiones Comunidad
Agregó que si bien, cada sistema refleja una realidad única, hay algunas áreas de mejora que son comunes, ya que muchos de estos sistemas enfrentarán problemas similares en las décadas venideras.
Por lo que el informe propone aumentar la cobertura de los trabajadores, incluyendo los empleos informales y trabajadores por cuenta propia o independientes.
Aumentar la edad de pensión estatal o la edad de jubilación para reflejar el aumento de la esperanza de vida. Promover una mayor participación laboral de las personas mayores.
Para el caso específico de México, el sistema de pensiones está representado por 10 administradoras de fondos para el retiro (Afores) quienes administran e invierten los recursos de más de 70 millones de trabajadores adscritos al Instituto Mexicano del Seguro Social.
Por lo que recomendó introducir como requisito que parte de las prestaciones de los planes privados deban tomarse como un flujo de ingresos; también, aumentar el nivel de contribuciones al sistema de cuentas individuales; Incrementar la tasa de participación en la fuerza laboral en personas de mayor edad.
También se pueden mejorar los requisitos de gobernanza para el sistema privado de pensiones, incluyendo la necesidad de niveles mínimos de capitalización en los planes de beneficios definidos; y mejorar el nivel de comunicación requerido con los afiliados de los planes privados de pensiones.