México, sexto país con mayor conexión de banda ancha en Iberoamérica

La conectividad de la BAF es un factor clave para el desarrollo económico, social y cultural de los países.

En contraste, Paraguay, El Salvador, Perú, República Dominicana y Bolivia son las naciones de la región con menos BAF. | Archivo
Silvia Rodríguez
Ciudad de México, México /

La Organización de Telecomunicaciones de Iberoamérica (OTI) informó que, al tercer trimestre de 2022, México se colocó en la sexta posición entre los países de la región con mayor conectividad de banda ancha fija (BAF), indicador de la adopción y el aprovechamiento de aplicaciones tecnológicas; no obstante, urgió a elevar la velocidad de conectividad.

De acuerdo con información de la OTI, los países con hogares con mayor nivel de acceso a banda ancha en la región son:

  • Uruguay, con 93.8 por ciento
  • España, 88.5 por ciento
  • Panamá, 85.9 por ciento
  • Brasil, 83.1 por ciento
  • Portugal, 76.4 por ciento
  • México, 71.5 por ciento
  • Chile, 68.9 por ciento
  • Puerto Rico, 64.8 por ciento
  • Costa Rica, 64 por ciento
  • Ecuador, 62.9 por ciento
  • Argentina, 62.2 por ciento

El contraste en materia de conexión

Los países que registran los niveles más bajos de acceso a la conectividad son:

  • Paraguay, con 44.7 por ciento
  • El Salvador, 34.2 por ciento
  • Perú, 33.9 por ciento
  • República Dominicana, 32 por ciento
  • Bolivia, 31.4 por ciento
  • Nicaragua, 28.5 por ciento
  • Guatemala, 21.5 por ciento
  • Honduras, 17.5 por ciento

La OTI explicó que estos países enfrentan barreras estructurales, como una geografía compleja y un bajo nivel de ingresos de la población, que dificultan la adopción del servicio e inciden negativamente en las condiciones de oferta que se brindan al consumidor final.

Añadió que los países centroamericanos carecen, en general, de una estrategia gubernamental para impulsar la conectividad, debido a la falta de planes de despliegue y fomento a la inversión e innovación tecnológica.

Asimismo, en los países con menor adopción, tienen lugar condiciones de inseguridad económica y jurídica que obstaculizan el enriquecimiento de la oferta, como una mayor inversión, mayor velocidad de descarga, mejor calidad del servicio o mayor competencia. En estos países, la desigualdad económica se erige como un impedimento significativo para alcanzar la conectividad universal.

La OTI considera que la provisión de servicios de conectividad, como banda ancha fija, en condiciones óptimas para los consumidores debe ser un principio básico de cualquier política regulatoria o agenda pública sectorial.

Urge aumentar velocidad de conectividad

El organismo aseguró que, en un mundo donde la definición de banda ancha es dinámica, es imperativo que los reguladores impulsen medidas que fomenten un aumento en las velocidades promedio de conexión a internet para todos los usuarios.

Añadió que el acceso a una conectividad rápida y confiable no sólo potencia el crecimiento económico y la innovación, sino que también promueve la inclusión digital y la igualdad de oportunidades, por lo que elevar las velocidades de conexión abre la puerta a un abanico de posibilidades en áreas como la educación en línea, el teletrabajo, la atención médica virtual y el entretenimiento de alta calidad.

En este sentido, es crucial que los reguladores colaboren con proveedores de servicios y otros actores clave para establecer un marco regulatorio propicio que detone la prestación de servicios de banda ancha con verdaderas altas velocidades de transferencia, que garanticen un acceso equitativo y asequible, sentando así las bases para un futuro digital próspero y conectado.

EDD

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