Aún cuando la economía de Ruanda es muy pequeña comparada a la de México, prácticamente 95 veces inferior, el dinamismo del país en la última década es muy elevado, pues ellos crecen 6.3 veces más que la nación latinoamericana, de acuerdo con datos del Banco Mundial. ¿Qué es lo que hacen?
Este país, que se ubica en África Oriental con un paisaje verde montañoso, es el resultado de tres décadas de reconstrucción tras un holocausto, y dos de empezar a construir un nuevo país con miras a ser un mercado de ingreso medio a alto en 2035, y alto a mitad de este siglo, según su propio programa nacional Visión 2050, donde el turismo y la sustentabilidad de su riqueza natural son dos claves para lograr su propio “milagro económico”.
“La visión de 2020 se trataba de qué debíamos hacer para sobrevivir. Pero hacia 2050 tiene que ser sobre el futuro que elegimos, porque podemos hacerlo”, expuso Paul Kagame, presidente de la república de Ruanda desde 2000.
Como en muchas naciones africanas, la agricultura emplea a poco más de 70 por ciento de la población, pero solo aporta 29 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB), esa es una de las razones por las cuales Ruanda está apostando en la transformación de su modelo económico al turismo sustentable.
En 2019, el sector de viajes y turismo aportaba a la economía de ese país mil 289.4 millones de dólares, 11.4 por ciento del total de su PIB; la apuesta para 2033 es alcanzar ingresos cercanos a 2 mil 119 millones, 64.3 por ciento superior al nivel prepandemia, según estima el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por su sigla en inglés).
Pero el camino es largo y lo saben. Desde hace un par de años, Ruanda decidió dejar atrás los daños del holocausto que en 1994 acabó con 500 mil ruandeses. Para tomar el camino de la paz, como un activo para establecer acuerdos comunes con sus vecinos en el África Oriental, que son Uganda, Kenia, Burundi y Tanzania, y así promoverse ante el mundo como un solo destino y crear la marca Visit Ruanda hace poco más de dos años.
“Por todos los problemas que vivió la región, la paz era esencial para ir construyendo puentes de entendimiento y compasión con sus vecinos”, declaró Julia Simpson, presidenta del WTTC, en la Cumbre Mundial de Viajes y Turismo que por primera vez se llevó a cabo en África. “Ruanda es un extraordinario ejemplo de cómo transformar esos activos en un nuevo futuro para el turismo”, completó.
Bellezas naturales
El mandatario Paul Kagame dijo:
“Nos concebimos como un solo destino con atracciones y experiencias únicas y complementarias. Y supimos que la clave para esto era que África pudiera conectarse al resto del mundo y apostamos por el mercado de transporte como una de las prioridades fundamentales”.
Ruanda potenció cinco parques naturales en todo su territorio para ofrecer la experiencia de safaris en la sabana para ver animales como cebras, elefantes, antílopes en su hábitat; lo mismo que aprovechar su prolífica geografía de lagos con hoteles de lujo y glampings (campamentos de lujo).
Lo mismo que rehabilitar en las altas montañas las colonias de su tesoro natural, que son los gorilas -que durante años tuvieron cierta desatención, reconoció Kagame-, hoy sus avistamientos requieren de permisos para grupos de no más de 8 personas, con recorridos que a veces están restringidos a una hora para evitar el impacto a su ecosistema.
Prosper Bazombanza, vicepresidente de Burundi, tiene claro que el turismo es clave para tener un mejor futuro. Además de ser un “paraíso geográfico de colinas” tiene a su favor los elementos culturales como sus famosos tambores Karyenda que se consideran de los mejores del mundo, así como el desarrollo culinario alrededor del café.
“Pero para unir destinos se requiere tener comunicación entre mandatarios, y de infraestructura”, relata Bazombanza, quien habría que atraer aviones y propiciar la libre movilidad, no sólo de turistas, también de inversionistas.
También habría que abrir fronteras entre sí. Alfred Mutua, ministro de Vida Silvestre y Turismo de Kenia, explica que “los destinos africanos no estaban abiertos para los africanos. Crear un sistema de eliminación de visas fue fundamental para abrirnos a negociar”, declaró en el foro que reunió a unos mil 200 profesionales de más de 45 países.
Una figura emblemática en esta suma de destinos fue Samia Suluhu, la actual presidenta de Tanzania y la primera mujer en ocupar ese puesto. El país está dividido en 20 territorios, incluido el mítico Serengeti que cada año atestigua las migraciones de manadas de caribúes, cebras y otras especies migrantes.
- Para Tanzania, el turismo significa 27.2 por ciento de sus ingresos exportables, pues tiene tratados con 20 de los 54 países del continente.
Para Samia Suluhu, la mercadotecnia era el elemento clave, crear una marca común. La otra condicionante que puso a los acuerdos fue crear tratados de preservación, pues África es el guardián de buena parte de los recursos naturales del planeta "y es nuestra responsabilidad preservarla para las generaciones que están por venir”
“La otra parte fundamental era desarrollar una sustentabilidad común, porque solo con la sustentabilidad podríamos rescatar este gran valor que tienen nuestras tierras”, afirmó Kagame.
La naturaleza no lo es todo
- A pesar de que no es una nación grande, no es casual que Ruanda haya tomado el liderazgo de la iniciativa.
La República de Ruanda tiene una superficie de 26 mil 338 kilómetros cuadrados (un poco más pequeña que Nayarit, que mide 26 mil 979, y un poco más grande que Tabasco, de 25 mil 267). Es el país más poblado del centro de África, con una población aproximada de 14 millones de habitantes (poco menos que la del Estado de México, 17.1 millones).
Kigali, su capital, apenas tiene unos 1.3 millones de habitantes (la alcaldía capitalina Gustavo A. Madero tiene 1.17 millones, menor a la de Iztapalapa, con 1,83 millones), y 60 por ciento de su población es católica.
Históricamente fue colonia inglesa, alemana y francesa, de los que heredó inglés y francés, aunque la gente entre sí habla el kinyarwanda (lengua vernácula bantú universal), y el swahili como idioma local.
El crecimiento económico que tuvo en los últimos años es notable, no sólo para el turismo sino para toda su economía, lo que se tradujo en una precaria, pero mayor industrialización, y un esfuerzo por preparar con mejor educación a sus habitantes.
Para lograrlo, abrieron prácticamente todas las restricciones para atraer a la iniciativa privada. Hoy abrir una empresa en Ruanda es gratis y es rápido (lleva solo 6 horas), no tiene restricciones a la propiedad extranjera ni tampoco a los flujos de capital, explica en un análisis a mediados de junio el fondo de inversión Renew capital.
También tuvo una acelerada electrificación, la productividad en el campo fue apoyada con tecnología y digitalización, y propició el crecimiento de la manufactura especialmente en la industria de alimentos. También apostó por una mayor educación y hoy cuenta con programas de emprendimiento juvenil y financiamiento barato para pymes, añade el documento.
“El progreso más notable se observó en el cumplimiento de contratos: Ruanda saltó del puesto 78 al 32 a nivel mundial”, según Renew capital. Así, el país pasó del lugar 115 hace 5 años en facilidades de hacer negocios a estar en el Top 40 del mundo y ser de los primeros en ese listado en África.
Hoy pocos países en el mundo crecen a ritmos de 7.8 y hasta 11 por ciento, como lo está haciendo trimestre a trimestre Ruanda, según estima el Banco Mundial. Ruanda llegará a finales de 2023 con un PIB de 14 mil 350 millones de dólares (mdd), que significarán un 7.8 por ciento superior al año previo; aunque hay especialistas que calculan que podría llegar a hasta 8.5 por ciento.
De acuerdo con el Banco Mundial, “las necesidades de inversión para abordar los desafíos que obstaculizan el desarrollo del turismo basado en la naturaleza en Ruanda se estiman entre 97.5 y 107.7 millones de dólares para el período comprendido entre 2019 y 2030”, afirma en su informe de actualización económica para Ruanda.
Para financiar todo esto, el Banco de Desarrollo Africano lanzó el Fondo de Inversión Verde de Ruanda en la Conferencia sobre el Cambio Climático de 2022 con 104 mdd. “Se espera que estas inversiones recauden al menos 364 mdd, creen al menos 372 mil puestos de trabajo y eliminen 1 millón de toneladas de emisiones de dióxido de carbono para 2030”, asegura el organismo multilateral.
Los retos por venir
“África es el lugar donde hay que invertir, será la región del mundo con los mayores crecimientos en inversión en la siguiente década”, afirmó Julia Simpson durante la Cumbre que cerró este viernes 3 de noviembre en Ruanda.
Un inversionista británico anonimo dijo a MILENIO que Ruanda logró en poco tiempo pasar de la crisis al crecimiento en todos los sentidos “como un fondo experto en África que no necesito mucho más que ver las calles perfectamente pavimentadas, siempre limpias y cuidadas para saber que este es un país confiable para meterle dinero. Hay orden y eso se agradece como inversionista”.
Según Transparencia Internacional, Ruanda es uno de los países menos corruptos de África gracias a sus numerosas reformas a la ley de protección de denunciantes.
“Ruanda alguna vez estuvo a la par de Rusia y Filipinas y sufrió una corrupción peor que Yemen, Libia e Irán, y prácticamente han erradicado la corrupción importante. Aún no está libre de corrupción pues aún la hay de forma administrativa y rampante en algunas zonas del país”, documenta el observatorio político AfricaW en un editorial de febrero de este año.
“A diferencia de América Latina que tiene países como México, Perú o Argentina, Ruanda aún tiene retos importantes en su oferta y lo que quieren lograr es muy interesante. Una es la gente y los servicios, capacitar mejor a quien sirve los platos en el restaurante, mejores gerentes de hotel y eso que en otras regiones ya llevan décadas de adelanto”, advierte en una charla con MILENIO Roberto Zanone, socio ejecutivo de Eurotur, un operador turístico con sede en Europa y servicios a prácticamente todo el mundo.
Pero el reto que se ve aún mayor es que desarrolle una mayor oferta de productos y de forma competitiva, que no sea sólo naturaleza sino que haya más tractores de visitantes”.
“Hoy ya están en ello, pero lo que no se ve cerca es que sea competitivo, accesible para una gran cantidad de viajeros. Sigue siendo un destino privativo (un tour puede costar hasta mil 500 dólares) y ahí es donde se pondrá a prueba este modelo”, finaliza Zanone.
EDD