El Sindicato Nacional Democrático de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Conexos hizo un llamado para reabrir la investigación del accidente de Pasta de Conchos, a fin de que se inicie un proceso en contra de las autoridades, empresa y dirigentes como Napoleón Gómez Urrutia.
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El secretario general del sindicato, Ismael Leija Escalante, afirmó que en caso de que se encuentren le encuentren responsabilidad al actual senador Gómez Urrutia, se debe proceder a su desafuero.
A 13 años de la explosión en la mina ubicada en el municipio de San Juan de Sabinas, Coahuila, el dirigente sindical dijo que los deudos de los trabajadores que fallecieron aún claman justicia.
Refirió que 12 días antes del desastre minero en el que perdieron la vida 65 mineros, la Comisión Mixta de Higiene y Seguridad, en la que participó el sindicato encabezado por Gómez Urrutia, dictaminó que había buenas condiciones para su explotación.
“Esta determinación desafortunadamente no era cierta y, lamentablemente, sobrevino la explosión, por lo cual el sindicato napista tiene plena responsabilidad”, indicó.
“Son 13 años de impunidad, pero nunca será tarde para que se haga justicia y para que se proceda legalmente en contra de quienes, por negligencia, fueron responsables de la explosión”, agregó.
El líder demandó que se dé curso a la denuncia presentada ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, relacionada precisamente con la violación de los derechos fundamentales de los obreros de Pasta de Conchos.
De acuerdo con la minera Grupo México, después de ocurrido el accidente el pasado 19 de febrero de 2006, las labores de rescate iniciaron de manera inmediata, al lugar arribaron expertos nacionales e internacionales para apoyar, así como para determinar las condiciones de la mina y continuar las labores de la manera más segura posible.
Las labores de rescate continuaron sin descanso hasta el 25 de febrero. Después de perforar, en distintos puntos de la mina, barrenos con una profundidad de 160 metros, con diámetros desde 5 ¼ hasta 36” para medir la calidad del aire, se determinó que las altas concentraciones de gases impedían cualquier posibilidad de vida.
Las labores de rescate pasaron, lamentablemente, a ser de recuperación de los cuerpos de los mineros aún atrapados en la mina, “hasta donde fuera técnica y humanamente posible.”, por lo que se continuó trabajando durante 14 meses, las 24 horas del día, siete días de la semana, distribuidos en turnos de 8 horas, con 50 hombres por cada turno. Eran 150 rescatistas trabajando por día.
Se llegó a un punto en el que el riesgo al que se exponía el personal era muy elevado, por lo que se tomó la decisión de suspender las labores de recuperación, tras 14 meses de operaciones de rescate.
GGA