Durante los casi 300 años del virreinato de la Nueva España la minería fue tan redituable que permitió acumular metales finos, motivo por el cual el dinero estuvo formado exclusivamente por monedas de oro, plata y cobre; sin embargo, una vez iniciada la Independencia de México, la economía del territorio se vio afectada y esto cambió.
Al estallar el proceso de independencia muchos españoles escondieron sus fortunas u optaron por enviar sus riquezas al exterior para evitar exponerlas, provocando un desabasto de monedas metálicas. A esto se sumó que las minas fueron abandonadas para evitar que el enemigo pudiera explotarlas.
Ante ello, según relata Banxico en su publicación Historia de la moneda y del billete en México, tanto el bando insurgente como el realista tuvieron que emitir las llamadas “monedas de necesidad”, las cuales buscaban resolver la falta de dinero. Los realistas, además, establecieron casas de moneda provisionales en diversas entidades, ya que era inseguro transportar metales preciosos.
Monedas de Morelos, las primeras mexicanas
El bando insurgente, al no contar con plata, acuñó muchas monedas en cobre. Entre las más conocidas están las encargadas por José María Morelos y Pavón para pagar a sus tropas en 1810. Éstas equivalían a promesas de pago; es decir, los independentistas prometían canjear el valor grabado en la moneda por oro o plata en cuanto ganaran la batalla contra los realistas.
Esto representó la introducción al país por vez primera de una moneda fiduciaria sin valor intrínseco, y cuyo valor se fundamenta en la fe o confianza de la sociedad. Además, señala Banxico, son por su diseño “las primeras monedas propiamente mexicanas”.
Primeras monedas con el águila sobre el nopal
Después de la captura de Miguel Hidalgo, Ignacio López Rayón quedó a cargo del ejército insurgente. Éste estableció en Zitácuaro la Suprema Junta Nacional Americana que gobernaría en nombre de Fernando VII. La junta tuvo que acuñar monedas que sustituyeran a las coloniales. Las primeras se fundieron en plata con el nombre de Fernando VII pero con diseños completamente mexicanos.
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En estas acuñaciones aparece por primera vez un elemento que se volvió representativo de nuestra nacionalidad: el águila (aunque coronada) parada en un nopal, que se opuso al “Plus Ultra” de las monedas realistas.
Un pedazo de cartón ¿el primer billete mexicano?
La escasez de monedas también provocó que aparecieran piezas de cartón emitidas en San Miguel el Grande, Guanajuato. Estaban escritas a mano con tinta negra y tenían la denominación de medio real, por lo que se consideran el antecedente más antiguo del billete mexicano.
GGA