Aunque Moody’s Investors Service mantuvo la calificación crediticia de la deuda soberana de México de largo plazo en escala global en Baa1, la perspectiva se mantiene negativa y el mayor riesgo para bajar el rating sigue siendo Petróleos Mexicanos (Pemex), debido al apoyo financiero que le aporta el gobierno federal.
La analista de deuda soberana de México en Moody’s, Ariane Ortiz-Bollin, refirió que si bien ya está incorporado en la calificación del país el continuo y sustancia apoyo del gobierno federal, de alrededor de 1 punto porcentual del Producto Interno Bruto (PIB), si el apoyo llega a ser mayor podría afectar el rating crediticio.
“Creemos que hay ciertos riesgos de mediano plazo que se pudieran materializar y afectar tanto el crecimiento económico, como las cuentas fiscales y las métricas de deuda. El primer factor de riesgo sigue siendo Pemex. Ya está incorporado en la calificación Baa1 el apoyo continuo y sustancial a Pemex de alrededor de un punto del PIB del año, ¿qué pudiera presionar todavía a la baja más la calificación? que el apoyo fuera todavía por encima de esto, y sustancia y de manera recurrente”, refirió en conferencia de prensa.
“Creemos que el gobierno está comprometido en continuar apoyando a Pemex por está cantidad, pero que no va a ser mucho más que esto y eso es lo que está capturado en Baa1, pero es un riesgo”, añadió la analista.
Crecimiento económico
Moody’s estima que en 2021, la economía mexicana crecerá 5.6 por ciento, favorecida por el dinamismo que está presentando Estados Unidos; no obstante, después del efecto rebote por la fuerte caída en 2020, de 8.2 por ciento, el crecimiento en 2022 será de 2.7 por ciento y en los siguiente años alrededor de de 2 por ciento.
Ariane Ortiz-Bollin explicó que el crecimiento económico tiene una incidencia directa en la capacidad de pago del gobierno federal, si no es alto, existen presiones de pago. En este sentido, apuntó que el estímulo fiscal en el país para enfrentar la pandemia del coronavirus es de los más bajos entre el Grupo de los Veinte (G20) y eso implica que la recuperación del PIB va a ser más lento, hasta finales de 2022.
En este contexto, expuso, el otro riesgo para la calificación de México radica en la posibilidad de que el crecimiento económico sea más bajo de lo estimado, pues esto se podría dar por una recuperación en el mercado doméstico más débil.
A esto se suma que la inversión es muy menor, Moody’s estima que será de cuatro puntos porcentuales del PIB por debajo de lo que era hace cinco años, de 18 puntos porcentuales, y esto puede tener un impacto en la productividad y en el crecimiento potencial a futuro.
Además, no se ha visto que la recuperación en consumo, en construcción y otros sectores relacionados con el mercado doméstico sea robusta.
“ En la medida que sigamos viendo este rezago en la recuperación de este sector, en relación con el manufacturero, nos podría hacer pensar que México no va a crecer a tasas de 2 por ciento”, dijo la analista de la agencia calificadora.
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Presiones de pensiones
Agregó que la estructura del gasto público se está volviendo más rígida por presiones de pensiones que están canciones a tasas de casi del doble de lo que está creciendo el PIB y también por la desaparición de algunos de los colchones financieros.
“A futuro, va a ser cada vez más difícil que el gobierno pueda mantener la deuda moderada, creciendo a un ritmo moderado, dada esta estructura de gasto un poquito más rígida, y dado el hecho de que los colchones financieros son más pequeños que antes”, sostuvo Ariane Ortiz-Bollin.
Lo positivo
Del lado positivo, Moody`s destacó que tras la crisis por la pandemia del covid-19, el deterioro en las cuentas fiscales y de deuda estuvo relativamente contenido y en línea con lo que muchos estaban esperando el año pasado; además, la deuda a nivel gobierno aumentó seis puntos porcentuales, que era lo esperado.
Detalló que el gobierno federal logró esto, a pesar de que la contracción fue mucho más significativa de lo que se esperaba, por recortes en gasto corriente y mejora en capacidad recaudatoria.
“Al final, cuando nosotros hacemos un comparativo global, el deterioro en México fue menos marcado que en otros pares con calificación de Baa1, más o menos en economías similares, el deterioro deuda/PIB fue de 10 puntos porcentuales. Esto fue un factor de resiliencia tomado en cuenta”, señaló la analista de la deuda soberana de México.
Agregó que otro factor para mantener la calificación crediticia fue el crecimiento económico que si bien no estuvo apoyado por estímulos fiscales, no hay evidencia de que el crecimiento a mediano plazo vaya a ser más bajo de lo que se estima.
A esto se suma que Moody’s no ve con preocupación que aumente la deuda pública, pues es algo que México tiene controlado y no es un factor de riesgo, por lo que el manejo de las cuentas fiscales sigue siendo la fortaleza para el país.
MRA