El cese de operaciones de Mexicana de Aviación, aquel sábado 28 de agosto de 2010, no solo significó el fin para la empresa de transporte de pasajeros, sino también el inicio de una dura travesía para sus subsidiarias, como su centro de mantenimiento de aviones (MRO, por su sigla en inglés) que tenían en la aerolínea a su principal cliente y que hoy sigue operando contracorriente en busca de estabilizar sus números, venderse a buen precio y con ello pagar las liquidaciones que todavía se deben a los trabajadores de la aerolínea.
En sus inicios, Mexicana tuvo sus principales instalaciones de mantenimiento en dos hangares situados junto a la vieja terminal del Puerto Aéreo Central, además de otras más pequeñas distribuidas por varios lugares; pero con la gran cantidad de aviones que formaban su flota, pronto requirieron de nuevas instalaciones.
El 20 de agosto de 1974 la aerolínea colocó la primera piedra de su nuevo MRO en la zona noreste del Aeropuerto Internacional de Ciudad de México, y cinco años después, el 15 de enero de 1979, el presidente José López Portillo inauguró la nueva Base de Mantenimiento de Mexicana.
- Te recomendamos Pemex ejercerá 4 mil 125 mdp para rehabilitación de refinería de Cadereyta Negocios
“Dicha base estaba formada por una serie de instalaciones complementarias entre las que destacaba un hangar monumental con capacidad para albergar un Boeing 747 y dos Boeing-727 simultáneamente, donde se concentraron todos los talleres y oficinas técnicas, y la plataforma que tenía capacidad para 30 aviones del tipo Boeing-727. Se trataba de la base de mantenimiento más grande y moderna de Latinoamérica”, refiere el libro Mexicana, La primera siempre será la primera, editado en 2006 a razón de los 85 años de la aerolínea.
Tras el ingreso de Mexicana de Aviación a concurso mercantil, sus únicos negocios que pudieron salir de éste y seguir su camino en solitario y de forma independiente como negocios con viabilidad financiera fueron el MRO y el Centro de Adiestramiento Técnico (CAT) para pilotos y sobrecargos, las cuales iniciaron un camino cuesta arriba para volverse rentables.
En entrevista con MILENIO, el presidente de consejo de administración del MRO, Rafael Gutiérrez Barajas, explicó que los aviones de Mexicana de Aviación representaban 70 por ciento de los ingresos del centro de mantenimiento y el 30 por ciento restante provenía de otras empresas, por lo que en el momento del cese de operaciones de la aerolínea lo primero que se tuvo que hacer fue conseguir nuevos clientes.
“Fue una misión un tanto complicada, porque a un taller con un costo operativo tan alto le estás quitando 70 por ciento de sus ingresos. El reto fue tremendo, ha sido muy grande, porque sale de una situación de concurso mercantil, de quiebra, donde el MRO estaba cerrado, de ahí lo sacan y ponerlo a producir y ser eficiente, ha sido muy difícil”, comentó.
Gutiérrez Barajas explicó que otro aspecto que perjudicó al MRO para encontrar viabilidad financiera fue que durante los primeros años de funcionar como una compañía independiente, hubo malas administraciones.
Son “situaciones que ha atravesado el MRO que no le han ayudado a poder encontrar un punto de equilibrio para ser vendido de buena forma”, indicó el presidente del consejo de administración.
Aviones gubernamentales al rescate
Gutiérrez Barajas recordó que una vez que el centro de mantenimiento salió del concurso mercantil, en 2014 empezó a recuperarse porque el gobierno federal comenzó a mandar aviones a los talleres de Mexicana para su servicio. Los aviones eran de la Policía Federal, la Fuerza Aérea y otras áreas gubernamentales.
Aunado a este escenario favorable, se inició un proceso de búsqueda de clientes y “poco a poco se empezó a tener éxito”.
Gracias a que el MRO de Mexicana de Aviación cuenta con diversas certificaciones internacionales, entre las que destaca la de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA), así como de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA), logró atraer aerolíneas de Sudamérica, Europa e incluso nacionales.
Entre sus nuevos clientes estuvieron Volaris, Interjet, Viva Aerobus, Latam Airlines, la aerolínea carguera Atlas, la empresa Israel Aerospace Industries e incluso Aeroméxico.
“No solo los ingresos empezaron a crecer sino que incluso el MRO agregó un nuevo negocio: poder transformar aviones de pasajeros a cargueros, modificación que muy pocas compañías en el mundo pueden hacer”, afirmó Gutiérrez Barajas.
- Te recomendamos Así es la nueva versión de 'Microsoft Flight Simulator', el popular simulador de vuelo Videojuegos
El directivo recordó que el objetivo principal de la presente administración del centro de mantenimiento es mejorarlo financieramente para poder venderlo y que esos recursos sirvan para solventar las liquidaciones de los ex trabajadores de Mexicana de Aviación.
Gutiérrez Barajas comentó que están cerca de encontrar el punto de equilibrio para comercializar el MRO y beneficiar a los empleados que se quedaron sin un empleo desde hace 10 años.
lvm