“No tiene que volar para ser innovador”

Estudiantes de la Universidad Autónoma de Yucatán encontraron la oportunidad de innovar, transformando un producto natural de la región en un alimento saludable.

Uriel Omar Sosa Sánchez/Arine
Ciudad de México /

Arine es una marca de harina de plátano “un producto saludable, libre de gluten, rico en almidón y prebiótico, que ayuda a diabéticos y personas con problemas de peso”, asegura Omar Sosa Sánchez, cofundador y jefe de producción de este negocio, que opera en Mérida, Yucatán.

Hace tres años, Omar desarrolló el producto con la ayuda de May Day Salazar, ingeniera en alimentos. Junto a otros jóvenes estudiantes de la Universidad Autónoma de Yucatán buscó una alternativa saludable para ayudar a aliviar, entre otras cosas, dos de las enfermedades más peligrosas y recurrentes en todo el país, derivadas de una mala alimentación.

Comparte Omar que “durante dos años analizaron varios alimentos y seleccionaron la harina de trigo, evaluando muchos productos para sustituirla. Eligieron el plátano macho verde, por su contenido de almidón, resistencia, riqueza en fibra soluble y prebiótico natural, así por no contener gluten, lo que ayuda a enfermos celiacos”.

El plátano y todos los insumos que utiliza Arine son de Yucatán y en su elaboración no usan ningún químico, sobre todo para lograr que la harina no guarde humedad, “ese es el secreto frente a otras harinas de su tipo”, confiesa Omar con una sonrisa cómplice.

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Arine está certificada por la Universidad y espera obtener en breve la certificación de COFEPRIS. Desde hace un año la empresa está legalmente constituida y el producto estabilizado. Durante todo este tiempo han elaborados diferentes productos. Como pan y brownies con características aptas para diabéticos, pastas para sopas, hot cakes, hasta salchichas con lomo de puerco. Asimismo, con amigos y familiares, han realizado su propia incursión para probar el mercado.

Por lo pronto Arine se distribuye en algunas tiendas de Mérida especializadas en productos orgánicos y por entrega directa. A través de internet, han logrado ventas a Los Ángeles, Alemania y Francia. Para Omar “el gran reto ha sido convencer a la gente de las bondades del producto. Hay un rechazo a la innovación, debido a la mala elección de alimentos “chatarra”. Pero, poco a poco, han ido avanzado, aumentando la producción”.

Desde el principio, Arine recibió el apoyo de la Universidad Autónoma de Yucatán. En 2016 el IYEM lo nombró como uno de los 10 mejores proyectos sociales. Además, ese mismo año, recibieron del gobierno yucateco apoyo de capital semilla, usado para comprar la maquinaria con la que empezaron a producir.

Omar considera que la clave para “salir adelante, está en dar valor a lo que tenemos y aprovechar la oportunidad que brinda el medio. Arine surgió de un simple plátano, no todo tiene que volar para ser innovador”, asegura sonriendo.

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