Olivia Colman se corona como la reina de la televisión

Olivia Colman se consolida como actriz con su interpretación de la Reina Isabel II en la tercera temporada de The Crown, en Netflix.

Olivia Colman recibió un Oscar este año por Mejor actriz (Reuters).
Emma Jacobs
Ciudad de México /

Cuando Olivia Colman, toda glamorosa con un vestido verde de Prada, lanzó una trompetilla en la ceremonia de los premios Oscar de este año, su audiencia prestó atención. “Realmente es muy estresante”, dijo Colman agarrando su trofeo, con los ojos empañados de lágrimas, mientras aceptaba el premio a la mejor actriz.

 “Esto es muy gracioso. ¡Tengo un Oscar!... solía ​​trabajar como asistente de limpieza y me encantaba ese trabajo, pero pasé mucho tiempo imaginando esto”.

El fin de semana pasado mostró al mundo el carácter británico más firme al subir al trono como una Isabel II de mediana edad en la tercera temporada de la serie The Crown, de Netflix.


 Mientras que la monarca del siglo XVIII, la reina Ana (el papel por el que ganó el Oscar en la película The Favourite superando a Glenn Close y Lady Gaga) era más codiciosa, berrinchuda y hoof-footed, la reina Isabel es glacial y estable.

El último papel consolida la condición de Colman como parte de la realeza en el mundo de la actuación. Es una hazaña después de años de ser encasillada como actriz de comedia, después de su papel decisivo en 2003 como Sophie Chapman en la popular comedia británica Peep Show. Ahora es conocida tanto por la comedia como por la actuación seria, ganando tres Baftas y dos Globos de Oro, además de su Oscar.

La capacidad de no tomarse a sí misma demasiado en serio la convirtió en un tesoro nacional. Un productor que ha trabajado con Colman dice que destaca en una era de “actores con derechos por ser hombres”, tipificada por los gustos de actores Old Etonians como Tom Hiddleston y Eddie Redmayne. “Lo que ves, es lo que tienes. Ella es muy autocrítica”, dice.

Este toque común se convirtió en un punto de discusión este verano, cuando Charles Moore, biógrafo de Margaret Thatcher y exeditor del periódico derechista Daily Telegraph, declaró sus dudas acerca de que Colman interpretara a la Reina, preocupado por su “rostro claramente de izquierda”. Para ser justos, Moore no estaba totalmente equivocado. En una entrevista con el Sunday Times, Colman dijo que ahora se ha convertido en “una monárquica de izquierda”.

Para los republicanos británicos, la nueva temporada de The Crown, con sus suntuosas indumentarias, solo sirve para subrayar los excesos de la monarquía. De hecho, el programa es tan lujoso, con una atención tan minuciosa para recrear toda la pompa y el esplendor, que los críticos se preguntan si el presupuesto del programa de televisión es mayor que el de la monarquía.

Sin embargo, para otros, en la era del Brexit, el programa de drama es un bálsamo, que retrata a la reina como un amuleto talismán y dirige a los primeros ministros a través de las decisiones difíciles. “Todos hemos hecho sacrificios”, dice la reina que interpreta Colman. “No es una elección. Es un deber”. La propia actriz dijo: “La reina es un ser humano increíble... va a ser un golpe terrible cuando ya no sea nuestro equilibrio”.

Arianne Chernock, historiadora de la Universidad de Boston, dice que el atractivo que tiene el programa en Estados Unidos (EU) se explica por la constante curiosidad de los estadounidenses por la monarquía británica. “A EU le gusta fingir que no tiene clases. Ver a los miembros de la realeza permite a las personas hablar sobre la clase de una manera más aceptable que mirar nuestra propia cultura”.

Colman, o Collie para sus amigos, nació en Norwich en 1974 de un padre agrimensor colegiado y una madre enfermera. Su deseo de actuar se encendió cuando consiguió el papel principal en una producción escolar de The Prime of Miss Jean Brodie. “Creo que realmente era malísima en todo lo demás en la escuela”, dijo una vez. “Fue una sensación encantadora saber lo que quería hacer”.

Sin embargo, ella no tuvo el valor suficiente para aplicar en la escuela de teatro de forma inmediata. En su lugar, fue a Homerton College, Cambridge, para capacitarse como profesora de escuela primaria, donde se unió a Footlights, el grupo estudiantil de actuación de la universidad de Cambridge.

Después de graduarse de la escuela de teatro Bristol Old Vic en 1999, tuvo pequeños papeles en programas de comedia, entre ellos The Office de Ricky Gervais y la comedia de situación del medio médico, Green Wing. Fue el papel en Peep Show, junto a sus amigos de Footlights Webb y David Mitchell, lo que llamó la atención nacional. 

Sin embargo, el papel de una sobreviviente de abuso doméstico en la película de bajo presupuesto, Tyrannosaurus, mostró su capacidad de actuación en temas serios. Eso la llevó a obtener papeles como la detective en el programa de televisión de suspenso Broadchurch, y como la oficial de inteligencia embarazada en la adaptación televisiva de The Night Manager de John Le Carre.

El éxito de The Favourite se debió en parte al momento. Llegó a raíz de #MeToo, cuando el público estaba desesperado por personajes femeninos fuertes. En la reina Ana interpretada por Colman, encontraron una monarca grotesca y comprensiva que no era muy conocida por el público contemporáneo.

Para Colman, la visibilidad ha sido una bendición mixta. Ella dice que disfruta las oportunidades que ofrece la fama, pero odia ser fotografiada mientras se toma un café. “Me he vuelto muy ermitaña”, dice.


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