El conflicto arancelario entre China y Estados Unidos, así como el Brexit, son algunos "fuertes vientos en contra" por los que la Organización Mundial del Comercio (OMC) espera que los intercambios mundiales crezcan sólo 2.6 por ciento en 2019, cuatro décimas menos que en 2018.
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En 2020 la organización con sede en Ginebra confía en que se recuperen los ritmos de crecimiento y el comercio vuelva a crecer 3 por ciento, pero sólo si logran aliviarse las tensiones comerciales, según destacó en la presentación de las previsiones su director general, Roberto Azevedo.
"El comercio no puede desempeñar plenamente su función de impulsor de crecimiento" a causa de las actuales tensiones, subrayó el responsable de la OMC, organización que prevé un aumento del 2.6 por ciento en el PIB mundial tanto en 2019 como en 2020, frente al 2.9 por ciento de 2018.
Existen varios factores para esa proyección a la baja del PIB, según la OMC, como la política fiscal expansionista en Estados Unidos, el retiro gradual de los incentivos monetarios en la zona euro o el proceso de reforma económica en China, que busca centrarse menos en las exportaciones.
A juzgar por las predicciones, el clima de desaceleración afectará más a los países desarrollados, cuyos intercambios crecerán por debajo de la media (sus exportaciones aumentarán 2.1 por ciento en 2019 y 2.5 por ciento en 2020).
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Para los países en desarrollo, impulsados por potencias emergentes como China, India o Brasil, se estima que las exportaciones crecerán 3.4 por ciento interanual en 2019 y 3.7 por ciento en 2020.
América del Sur y Central, según las previsiones de la OMC (que excluyen a México en ese área), será la región donde las exportaciones crecerán a un menor ritmo en 2019 y 2020 (0.7 y 1 por ciento, respectivamente), pero liderarán el crecimiento de las importaciones en 2020 (cuando subirán 5.8 por ciento regional).
La OMC considera complicado cuantificar los efectos de la guerra comercial en los intercambios globales, ya que esto dependerá de las medidas que entren en vigor, aunque subraya que incluso las amenazas entre Pekín y Washington perjudican al comercio al contribuir a la incertidumbre.
El escenario más pesimista predice que una guerra comercial total entre Estados Unidos y China, los dos mayores exportadores e importadores globales, podría provocar que el PIB mundial cayera 2 por ciento, y el comercio, un 17 por ciento en 2022.
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Esas cifras, calculadas por economistas de la OMC, serían incluso peores que las de la gran crisis financiera global de 2008, que generó una contracción de los intercambios mundiales del 12 por ciento en 2009 y una reducción del 2 por ciento en el PIB mundial.
"En esta guerra no habría un ganador y un perdedor, sino muchos perdedores, todo el mundo se vería perjudicado por un freno del comercio global", comentó Azevedo.
El economista jefe de la OMC, Robert Koopman, subrayó que las tensiones comerciales ya se traducen en diversificación de intercambios e inversiones que podría beneficiar a otras economías, como la mexicana, que consiguió atraer capitales tradicionalmente dirigidos de Estados Unidos a China.
GGA