El panorama para la economía mexicana en 2023 se ve mejor de lo que muchos habían pronosticado, mientras que las elecciones presidenciales en el país y en Estados Unidos están enturbiando la perspectiva para 2024, dijo a Reuters el jefe de la Unidad de Planeación Económica de la Secretaría Hacienda , Rodrigo Mariscal.
El crecimiento del producto interno bruto (PIB) de México se desaceleró en el cuatro trimestre de 2022, de acuerdo cifras desestacionalizadas difundidas el viernes por el Inegi, pero en todo el año alcanzó 3.1 por ciento, por encima del cálculo preliminar de 3 por ciento ofrecido anteriormente.
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"Todo parece indicar que el panorama viene mejor de lo que muchos tenían pensado y más en línea con lo que nosotros creíamos", dijo el jefe de la Unidad de Planeación Económica de Hacienda.
La semana pasada, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, había dicho que, pese al "incierto panorama global" y salvo que se diera "una gran recesión mundial", la economía mexicana crecerá este año por encima del 3 por ciento.
"Con los datos que tenemos hasta el momento, probablemente hay un soft landing (aterrizaje suave) en Estados Unidos y eso también nos deja a nosotros bien parados", agregó Mariscal, pieza clave en la elaboración de las variables macroeconómicas para el presupuesto nacional.
En contraste, el jueves, el Banco de México (Banxico) señaló en sus minutas que "para los próximos trimestres espera que el menor dinamismo económico a nivel global repercuta en menores tasas de expansión de la actividad económica nacional".
Aunque aclaró que su unidad está todavía recopilando información para ofrecer una estimación oficial, Mariscal añadió que muchas variables que Hacienda manejaba en 2022 acabaron "cerrando" como pensaba que iban a hacerlo. "En principio no deberíamos de revisar tanto lo que vaya a pasar en 2023".
Las estimaciones macroeconómicas difundidas el año pasado para el 2023 anticipaban que la economía iba a alcanzar un crecimiento anual del 3 por ciento.
Respecto a 2024, el funcionario consideró "complicado" realizar por ahora pronósticos por las elecciones presidenciales que se celebrarán en México y Estados Unidos ese año, y por el complejo contexto internacional. "A mayor incertidumbre en el mundo, es más difícil pronosticar", argumentó.
También es temprano aún -indicó- para saber qué impacto tendrá para el crecimiento local el nearshoring, la práctica de mudar las fábricas del país de origen a uno cercano en el que todo sea más barato en salarios, energía, combustibles e insumos, de la que México busca sacar provecho.
"Es algo que estamos viendo muy fuerte, pero todavía no hemos tenido la capacidad de medirlo bien", detalló. "Qué tanto se va a ver ahorita en 2023 es muy difícil saberlo".
AMP