La Cámara de Diputados del Parlamento suizo rechazó las ayudas públicas para salvar a Credit Suisse y que el banco UBS aceptara adquirir ese establecimiento antes de su previsible colapso, en una votación en la que se desmarcó de la posición adoptada horas antes por el Senado, donde la medida fue aprobada.
La decisión debe ahora retornar a la Cámara Alta, pero aunque sus miembros cambiasen de opinión y rechazaran ahora el paquete de créditos esto no tendría gran consecuencia ni se aplicaría de forma retroactiva ya que la ayuda está formalmente comprometida y fue autorizada mediante un procedimiento de emergencia por una Delegación de Finanzas del Parlamento.
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Por esta razón, el debate parlamentario ha sido percibido sobre todo como una oportunidad para que los legisladores se expresen, lo que hicieron rechazando por 102 votos contra 71 el préstamo de 100 mil millones de euros y la garantía contra pérdidas de 9 mil millones de euros que ofreció la Confederación Suiza.
La posición adoptada por los diputados ha sido entendida como una desaprobación a la forma como el gobierno hizo frente a la crisis del Credit Suisse, cuya quiebra hubiese tenido consecuencias impredecibles para el conjunto del sistema bancario suizo.
Durante el debate se recordó que ya en 2008 -cuando el Estado tuvo que acudir en auxilio de UBS que había sido arrastrado al borde del precipicio por la crisis financiera de ese año- se había reclamado una solución al concepto de too big to fail (demasiado grande para caer), que se consideraba muy problemático.
De acuerdo a ello, UBS y Credit Suisse formaban parte de una treintena de bancos de importancia sistémica para la economía mundial, por lo cual no podían quebrar en ningún caso.
Varios parlamentarios consideraron que en Suiza no deberían existir bancos que entren en esa categoría.
En otras intervenciones, varios oradores apoyaron la revisión de la reglamentación de too big to fail y otros pidieron reforzar las competencias del organismo supervisor del mercado financiero suizo.
Los comentarios más repetidos iban contra los directivos de Credit Suisse que no supieron plantear soluciones a los múltiples problemas del banco, desde continuos litigios que le obligaron a pagar miles de millones de dólares en multas en los últimos años hasta escándalos de corrupción en los que se vieron envueltos sus colaboradores.
En la víspera, la Cámara Alta del Parlamento suizo avaló la garantía financiera que ofreció el Estado en el caso de Credit Suisse y ahora volverá a debatir la cuestión tras el rechazo en la Cámara Baja.
AMP