Petróleos Mexicanos (Pemex) lleva casi un año librando una batalla en tribunales para suspender una norma del gobierno anterior que extiende a todo México el uso de diésel más limpio, según documentos judiciales vistos por Reuters.
México no produce suficiente diésel ultra bajo en azufre (DUBA) para satisfacer la demanda que generará la nueva norma y refinadores estadunidenses se prepararon el año pasado para suministrarle un mayor volumen de combustible limpio.
Sin embargo, a inicios del año, un juzgado distrital le otorgó a Pemex protección y suspendió la entrada en vigor de la nueva disposición en la mayor parte del territorio mexicano. La suspensión limitó la distribución y venta obligatoria de DUBA a 9 por ciento del país, incluida Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, así como la frontera norte.
Aún no se ha tomado una decisión judicial final sobre el suministro más extendido del DUBA, pero los documentos de la corte, revisados por Reuters, muestran por primera vez que Pemex está luchando en los tribunales mexicanos para suspender indefinidamente la regla.
Seguir usando diésel con alto contenido de azufre podría ahorrarle dinero a México al limitar importaciones y extender el plazo a los fabricantes de camiones para instalar motores compatibles con DUBA. Sin embargo, podría sumarse a la percepción de un retroceso del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en el cumplimiento de compromisos ambientales.
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De acuerdo a los documentos, la Secretaría de Energía (Sener) respaldó la petición de Pemex y expuso que la falta de infraestructura para el manejo de diésel más limpio podría obligar a la petrolera a detener algunas operaciones en sus refinerías.
"(Pemex) no tiene la capacidad de transporte por ducto, de almacenamiento y de servicios portuarios que permitan realizar la operación simultánea de importación de diésel (DUBA) y del desalojo del diésel de 500 ppm hacia los puertos para su exportación", asentó la dependencia en uno de los documentos.
Ni Pemex ni la Secretaría de Energía respondieron a solicitudes de comentarios sobre los recursos interpuestos por la petrolera.
La cruzada legal de Pemex para suspender la norma, busca limitar las costosas importaciones de diésel y evitar la necesidad de una nueva infraestructura de almacenamiento y transporte del combustible en momentos en lucha con una pesada deuda y menores ingresos por una menor producción de crudo.
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Pero es poco probable que la distribución limitada de DUBA ayude a combatir la contaminación, un problema grave en varias ciudades, incluida la capital. A inicios de este mes, Naciones Unidas criticó al gobierno mexicano por retrasar "años de progreso" hacia menores emisiones.
México ha importando una cantidad cada vez mayor de combustible desde Estados Unidos en los últimos años y López Obrador se ha comprometido a frenar la dependencia de esas compras con la nueva refinería que Pemex construye en Dos Bocas, Tabasco.
Vehículos pesados
La norma de DUBA está vinculada a otra que exige que los camiones y autobuses fabricados en México operen exclusivamente con diésel limpio a partir del 31 de diciembre de 2020.
La industria de vehículos de carga y pasaje está en paralelo solicitando que permanezca más tiempo la regulación vigente a la par de la nueva norma ante lo que considera una "evidente imposibilidad" de contar con el DUBA que requieren los nuevos motores.
La industria de vehículos de carga y pasaje ha solicitado que convivan temporalmente la actual regla con la nueva disposición ante la "evidente imposibilidad" de contar con el DUBA que requieren los nuevos motores e incluso han retrasado inversiones para adaptarse a las normas ambientales en medio de la incertidumbre sobre el abasto de diésel limpio.
"Tenemos que fabricar el 100% de nuestras unidades con motores que requieren DUBA (...) Esto supone incertidumbre para transportistas y presenta riesgos serios para la cadena logística", dijo el presidente de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (Anpact), Miguel Elizalde.
GGA