Tras la crisis por la pandemia del covid-19, México está en una etapa de recuperación, pero con riesgos que podrían limitar el crecimiento económico, tales como la política energética, la situación financiera de Petróleos Mexicanos (Pemex), incumplimientos en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), presiones inflacionarias y la persistente pandemia.
Federico Rubli, vicepresidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), refirió que el modelo de basar el desarrollo de la economía en el sector energético es algo obsoleto, pues se utilizó en la década de 1970 y parte de 1980.
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“Es claramente una política energética que es totalmente caduca, no está basada en energías limpias ni orgánicas, esto realmente muy grave porque se pone como punta de la política energética a Pemex, cuya precariedad financiera y operativa es evidente a todas luces”, indicó en el marco del seminario “Perspectiva económica trimestral: escenarios económicos y post pandemia”.
Rubli añadió que es un riesgo muy grande el seguir centrando parte del desarrollo nacional en un monopolio sin competencia, como lo es Pemex, que además absorbe recursos públicos de una manera “lapidante”.
En este sentido, abundó que algunas de las agencias calificadoras ya tienen a Pemex en la zona de pérdida de grado de inversión y si bien la deuda soberana está mejor calificada, hay una interrelación importante entre el rating de la deuda de Pemex y la del soberano y si Pemex sigue deteriorándose, la escala del soberano puede caer.
El presidente Nacional de Estudios Económicos del IMEF, Gabriel Casillas, destacó que las empresas quieren cada vez más energía más confiable porque están más robotizadas, pero si no hay en el país energía con tendencias ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) no van a poder operar.
Explicó que esto es porque a nivel global las compañías tienen que cumplir con objetivos de sostenibilidad pero si no la pueden tener, no van a llegar inversiones al país.
Incumplimiento el T-MEC
Adicionalmente, agregó Federico Rubli, está el riesgo del T-MEC, pues si bien es un instrumento de desarrollo para el país, esto siempre y cuando esté bien instrumentado y se respeten los acuerdos establecidos, pero lo que se ha visto es que hay como un afán de las autoridades mexicanas de no respetar el acuerdo, sobre todo en materia laboral, energética y de inversiones.
“Lo que va a pasar y, de hecho, ya está pasando, es que van a incrementarse las demandas y las solicitudes para llevar a paneles de controversia la revisión de algunas de estas violaciones. Esa no es la manera de llevar un acuerdo entre socios”, apuntó.
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A esto se suman presiones inflacionarias, pues la inflación general está al doble del estimado del Banco de México (3 por ciento, más/menos 1 por ciento) y el punto es que aún con las acciones de política monetaria que se puedan ejercer, el riesgo es que la convergencia hacia la meta se dé lentamente.
Además, aunque el proceso de vacunación está en marcha, persiste el riesgo de que se dé un repunte de contagios ante nuevas cepas del covid-19, aunado a insuficiencias de infraestructura médica y políticas titubeantes sin firmeza para manejar la pandemia.
lvm