En un contexto en el que la recuperación económica de México puede tardar hasta seis años, una limitante para el país es Petróleos Mexicanos (Pemex), pues ahorita es sólo un dolor de cabeza para el gobierno federal y las finanzas públicas, pero puede convertirse en un cáncer incurable, advirtió Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México (Banxico).
“Sin lugar a dudas, Pemex es el mayor dolor de cabeza de este gobierno, pero creo que parte del problema es que el gobierno no lo ve como dolor de cabeza, sino más bien lo ve como una promesa de motor de crecimiento en el futuro, lo cual es prácticamente imposible. El gobierno se tiene que dar cuenta tarde o temprano y tiene que buscar un arreglo definitorio, estructural, permanente, si no, este dolor de cabeza que ahorita es un dolor de cabeza enorme, va a pasar a ser una migraña y posiblemente después a un cáncer incurable”, señaló.
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Durante el evento virtual Inside LatAm Mexico, el subgobernador del Banxico, a título personal y sin reflejar la postura del banco central, añadió que “quizá ahorita todavía estamos en tiempo de poder resolver este problema, pero hay que resolverlo y el problema es que el gobierno no lo enfoca de esa manera y no ve que debe de solucionar el problema de Pemex”.
Recuperación económica tardará hasta seis años: Heath
Abundó que tras la crisis por la pandemia del covid-19, recuperar los niveles que se tenían en el tercer trimestre de 2018 llevará de dos a seis años, pero dependerá del dinamismo de las exportaciones, el empleo, el consumo de los hogares y la inversión.
Al subgobernador del Banco de México lo que más le preocupa y no lo deja dormir es la recuperación económica, pues si bien ésta se verá impulsada por las exportaciones, las cuales podrían regresar a los niveles pre pandemia a finales de 2020, mucho del avance dependerá del consumo, éste “hará toda la diferencia”.
Abundó que la otra parte de la recuperación dependerá de la inversión fija bruta, que viene con desaceleración desde 2017 y que es difícil que mejore en un entorno de incertidumbre, debilidad y falta de estado de derecho; ante esta situación, es muy difícil que se reactive y que se vea un crecimiento económico superior a 2.4 por ciento, que es el promedio de los últimos años.
Jonathan Heath agregó que otra preocupación es la recuperación del mercado laboral, pues como no hay un seguro de desempleo, mucha gente tuvo que reclasificarse fuera de la fuerza laboral, lo que lleva a tener una tasa de desempleo hasta de 26 por ciento, “ aquí será clave el apoyo del gobierno y la solidaridad y coordinación con el sector privado”.
Agregó que una tercera preocupación es el repunte de la inflación, ya que en el corto plazo se está viendo una recomposición de los precios, producto de choques de oferta y demanda, a lo que se suman otras preocupaciones como las finanzas públicas, con un presupuesto sumamente austero y supuestos difíciles de lograr, especialmente un crecimiento muy optimista.
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“Esto lleva a pensar en otro 2021 muy complicado, ya no por las cuestiones de la pandemia de 2020, sino por la recuperación que marcará si será de dos o seis años”, dijo.
Baja en tasas se acerca a su fin
Con respecto a la política monetaria, el miembro de la Junta de Gobierno del instituto central aclaró que no tiene el mismo impacto que en economías desarrolladas, debido al bajo nivel y penetración de servicios financieros; no obstante, la baja en la tasa de interés de referencia ha sido prudente y la estabilidad del sistema financiero ha marcado la pauta.
Agregó que el espacio para más bajas en tasas se va acotado, depende de la evolución de los indicadores económicos, pero “ya se ve la luz al final del túnel”, por lo que hay mucho más que pueda hacer la política monetaria y la diferencia grande está por otros lados.
GGA