Pérdidas en una década, igual a llenar el tanque de todos los chilangos por un año

Reportaje / Robo de combustible

El ‘huachicoleo’ entre 2009 y 2018 ha representado una merma económica para Pemex de 247 mil 68 millones de pesos, cantidad que alcanza para financiar el programa de becas en casi todo el sexenio.

Venta de combustible. (Nelly Salas)
Rafael López
Ciudad de México /

Las pérdidas generadas por el robo de combustible durante los últimos diez años equivalen a llenar el tanque de gasolina, cada semana, de los 5 millones de coches registrados en el parque vehicular de Ciudad de México durante todo un año.

El huachicoleo entre 2009 y 2018 ha representado una merma económica para Petróleos Mexicanos (Pemex) de por lo menos 247 mil 68 millones de pesos, de acuerdo con informes de la empresa entregados a la Cámara de Diputados durante el sexenio pasado y datos del actual gobierno federal.

Ese monto es 255 por ciento mayor que los recursos destinados a la Secretaría de Energía entre 2009 y 2018 y duplica al presupuesto del Poder Legislativo en ese mismo lapso.

Los más de 247 mil millones de pesos perdidos en la década pasada permitirían a la presente administración financiar durante dos años y medio los apoyos económicos para los adultos mayores, u otorgar becas mediante el programa Jóvenes Construyendo el Futuro durante casi todo el sexenio (cinco años y siete meses).

Seis de cada diez pesos de pérdidas se produjeron al final del sexenio pasado, entre 2016 y 2018: sumaron 147 mil 200 millones de pesos, monto que equivale a 60 por ciento del total de los recursos robados en 10 años.

La sangría de recursos alcanzó un récord el año pasado. Según Petróleos Mexicanos, el hurto de hidrocarburos representó una merma de 66 mil 300 millones de pesos, mientras que en 2016 los estragos fueron de 30 mil 800 millones de pesos; es decir, 46.4 por ciento menor que en 2018.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, durante sus conferencias matutinas, culpó a las administraciones anteriores (Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña) de ser cómplices en el tema de robo de hidrocarburos.

“Nos hacían creer que era por la ordeña de los ductos, fue una cortina de humo, una farsa porque en realidad este robo se permitía desde el gobierno. En el gobierno se manejaba todo el sistema de conducción y transportación de gasolinas, ahí es donde se ven lo monitores y cómo van los ductos, se advierte su flujo y presión, cuando no hay es porque lo están desviando a redes paralelas que se crearon con ese propósito. El robo se tenía contabilizado en Hacienda”, explicó.

CÓMPLICES QUE COMPRAN

Sobre la venta ilegal de hidrocarburos, el estudio de la Cámara de Diputados, denominado “El robo de combustible: asalto a la nación”, señala que la red del huachicoleo entre altos funcionarios coludidos con grupos criminales que venden los hidrocarburos robados se cierra con las estaciones de servicio, o los compradores ilegales en el mercado negro.

“El objetivo principal del robo de combustible es el lucro y para sostenerlo es indispensable contar con un área de intercambio que favorezca su permanencia y sostenibilidad, ya sea en términos formales o informales (…).

“La relación entre el huachicol y el mercado formal, compuesto por establecimientos o gasolineras fijas, se da cuando éstas aceptan —por cualquiera que sea el motivo— la oferta de grandes cantidades de combustible robado a un precio menor, lo que evidentemente les deja grandes ganancias económicas libres de impuesto.

“Por su parte, el mercado informal o negro, además de abastecer estos grandes establecimientos, surte también a menor escala cantidades más pequeñas, por ejemplo, a los automovilistas en las orillas de las carreteras”, se explica en el documento.

Ante esta situación, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), mediante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la Unidad de Inteligencia Financiera, trata de ubicar y frenar la venta clandestina de hidrocarburos al detectar la evasión fiscal, el lavado de dinero y el fraude comercial.

Los primeros resultados dados a conocer por el gobierno federal el lunes pasado dan cuenta de que “muchas gasolineras compran a Petróleos Mexicanos e importan combustibles; sin embargo, sus ventas superan las compras ante Pemex”, reveló Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera.

Además, se hallaron 14 mil operaciones relacionadas con el lavado de dinero en el país por un monto cercano a los 10 mil millones de pesos entre el periodo 2017-2018.

OTROS GASTOS

La Unidad de Enlace Legislativo de Petróleos Mexicanos reveló desde agosto de 2017, mediante una respuesta a los oficios enviados por la Cámara de Diputados (CP2R2A-4357 y SELAP/300/1878/17), que “la pérdida de combustible registrada representa 3.4 por ciento del volumen total transportado por ductos” y que adicionalmente al valor del combustible robado, Pemex reportó que el costo por la reparación de ductos y equipos dañados por las tomas clandestinas fue de 4 mil 234 millones de pesos entre 2010 y 2016.

Asimismo, en el documento denominado “Atención a emergencias a consecuencia de tomas clandestinas (2012-2018)” la empresa productiva del Estado señala que hasta 2016 atendía las afectaciones ambientales por derrames de hidrocarburos mediante la contratación de terceros por un monto de 6 mil 108 millones de pesos, de los cuales 3 mil 27 millones quedan pendientes de cubrir.

Con el fin de contener el incremento del gasto y la utilización de recursos propios, Petróleos Mexicanos decidió en mayo de 2017 atender las emergencias de manera directa con recursos propios y dejar de contratar a empresas privadas.

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