En América Latina, los sistemas ligados a infraestructura del sector energético, principalmente en gas y petróleo, concentran 27 por ciento de los ciberataques, de acuerdo con la firma de seguridad Kaspersky.
De acuerdo con un estudio elaborado por la compañía, 10 por ciento de las empresas mexicanas sufrieron incidentes en línea debido a una insuficiente inversión en ciberseguridad en los últimos dos años.
La encuesta global de Kaspersky demostró que, en la región, después de las industrias de petróleo, gas y energía, los sectores más afectados por brechas en línea ante la falta de presupuesto para implementar medidas de seguridad adecuadas son el de transporte y logística, que registran 18 por ciento de las vulneraciones, lo que indica ataques significativos.
Por último, las empresas de manufactura han sido víctimas de 15 por ciento de los incidentes, lo que también advierte de la necesidad de mejorar sus prácticas de ciberseguridad.
“Estas cifras muestran que la escasez de recursos financieros y la insuficiencia de protecciones sólidas son problemas críticos en varias industrias de la región”, indicó el director general para América Latina en Kaspersky, Claudio Martinelli.
El estudio también detalla las acciones que tomarán las empresas mexicanas para fortalecer su seguridad, entre ellas se encuentran la implementación de un software de detección de amenazas y capacitación, con el 51 por ciento; la introducción de software de protección de endpoints, 42 por ciento, la contratación de más profesionales de TI, 49 y la adopción de soluciones de software como servicio en la nube, con 23 por ciento.
“Las empresas deben alinear su inversión en ciberseguridad con su estrategia de negocio y considerar la seguridad como uno de sus objetivos. Por supuesto, las inversiones deben estar justificadas y ser eficaces, por lo que el departamento de seguridad de la información también se enfrenta a la tarea de aumentar la inversión en el sector”, señaló el directivo.
Claudio Martinelli añadió que la seguridad de la información se encarga de reducir el coste de un incidente de ciberseguridad. Estos retos pueden afrontarse a través del uso de diversos enfoques y tecnologías modernas.