Los precios del petróleo subieron cerca de 1 por ciento el viernes, por señales de ralentización de la producción estadounidense, pero los principales referenciales pusieron fin a su mayor racha de alzas semanales del año ante la creciente preocupación por el crecimiento de la demanda mundial.
Los futuros del Brent ganaron 68 centavos, ó 0.8 por ciento a 84.80 dólares el barril, y los del West Texas Intermediate (WTI) mejoraron 86 centavos, ó 1.1 por ciento a 81,25 dólares.
Ambos referenciales subieron tras datos de la industria que mostraron que el recuento de plataformas petrolíferas y de gas natural de Estados Unidos, un indicador adelantado de la producción futura, cayó por sexta semana consecutiva. El declive de la producción estadounidense podría agravar la escasez de oferta prevista para el resto del año.
Estas preocupaciones, alentadas por los recortes de producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+), han contribuido a que los precios del petróleo suban durante siete semanas consecutivas desde junio. El Brent avanzó 18 por ciento y el WTI 20 por ciento en las siete semanas que terminaron el 11 de agosto.
Esta semana, sin embargo, los precios bajaron cerca de 2 por ciento respecto a la semana pasada, ya que el empeoramiento de la crisis inmobiliaria china se sumó a la preocupación por la lenta recuperación económica del país y redujo el apetito de los inversores por el riesgo en todos los mercados.
"La preocupación de los inversores sigue centrada en la tensión entre la desaceleración del crecimiento mundial y la escasez de la oferta mundial", dijo Rob Haworth, de U.S. Bank Asset Management.
"Es probable que los precios se mantengan dentro de un rango por ahora", dijo Haworth, añadiendo que la demanda está en cuestión para los inversores preocupados por los débiles datos chinos.
También aumenta la preocupación por el hecho de que la Reserva Federal no haya dejado de subir las tasas de interés para atajar la inflación. Unos costos de financiación más elevados pueden impedir el crecimiento económico y, a su vez, reducir la demanda petrolera mundial.
PMA