El petróleo tocó este martes un máximo en siete años impulsado por las perturbaciones de la oferta, las tensiones geopolíticas y un aumento de la demanda, pese a los temores por avance de la variante ómicron.
El barril de Brent del mar del Norte llegó a cotizar en 88.13 dólares el barril, en tanto, el West Texas Intermediate (WTI) alcanzó los 85.74 dólares, sus niveles máximos desde octubre de 2014, antes de caer levemente durante la sesión.
Al cierre en Estados Unidos, el barril de Brent del mar del Norte subió 1.19 por ciento hasta los 87.51 dólares, en tanto, el WTI ganó 1.92 por ciento y se situó en 85.74 dólares el barril.
En tanto, la Mezcla Mexicana de Exportación (MME) cerró la sesión en un precio de 80.18 dólares, lo que significó un avance de 2.32 por ciento desde los 78.36 del viernes pasado, de acuerdo con información de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Varios factores contribuyen a este incremento. Por un lado, la interrupción de la producción "en Libia, en Nigeria, en Angola, en Ecuador y, más recientemente, en Canadá por el frío extremo", explicó Hussein Sayed, analista en Exinity.
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La producción disminuye en países como Angola o Nigeria, que aporta medio millón de barriles diarios menos que a mediados de 2020.
"Los mercados siguen concentrados en el delicado equilibrio entre oferta y demanda, que parece tener un impacto bastante importante en las fluctuaciones de precios a lo largo de toda la recuperación económica pospandemia", indicó Walid Koudmani, analista en la firma XTB.
También influyen las tensiones geopolíticas entre Rusia y Ucrania, que podrían perturbar el suministro de gas a Europa, o en el Golfo Pérsico, donde los rebeldes hutíes de Yemen reivindicaron un ataque contra unas instalaciones de suministro de petróleo en Emiratos Árabes Unidos.
Estos incidentes "atizaron aún más los precios" del petróleo, explicó el analista de ING Warren Patterson.
Junto a estas presiones sobre la oferta, la demanda sigue en aumento a medida que la economía mundial regresa paulatinamente a su nivel de actividad prepandémico, pese a las inquietudes por la aparición de la variante ómicron.
Además, el precio del gas natural, que todavía está en un nivel alto, contribuye al encarecimiento del petróleo, porque provoca un "aumento de la demanda de diésel y de fuel como un reemplazo del gas natural", señala Bjarne Schieldrop, del grupo de análisis SEB.
Los expertos apuntan a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) como solución a esta escalada, pero sus miembros no quieren revertir precipitadamente los recortes de producción decretados al llegar la pandemia, cuando los precios se desplomaron.
La OPEP y sus aliados (OPEP+) anuncian desde hace meses aumentos marginales de su producción que no responden a las necesidades de la demanda. Arabia Saudita reafirmó este año el respeto a estos acuerdos y la importancia de estos topes.
AMP