El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos tuvo una leve desaceleración al crecer 1.9 por ciento anual en el tercer trimestre, pero se mantuvo en un nivel mejor al esperado, según la estimación del Departamento de Comercio.
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En el segundo trimestre, la expansión económica fue de dos por ciento, y para el periodo entre julio y septiembre la expectativa era de ralentización, al 1.5 por ciento.
El consumo, motor tradicional del crecimiento en el país, avanzó 2.9 por ciento, por debajo de la marca alcanzada en el segundo trimestre, cuando el gasto del consumidor se aceleró excepcionalmente a 4.6 por ciento.
El mercado inmobiliario, impulsado por las bajas tasas de interés, registró en el tercer trimestre un alza de 5.1 por ciento, la más fuerte en dos años. Este fuerte rebote ayudó a mantener el ritmo general de expansión.
La inversión no residencial, en particular de las empresas, se mantuvo en caída, lo que representa una dificultad adicional en el sector manufacturero.
Las inversiones cayeron bruscamente a menos tres por ciento después de ceder uno por ciento en el trimestre anterior, restando vigor al crecimiento.
El comercio se ha recuperado. Las exportaciones, que cayeron 5.7 por ciento en el segundo trimestre, terminaron con una modesta alza del 0.7 por ciento, mientras que las importaciones, también volvieron a territorio positivo al avanzar 1.2 por ciento.
GGA