El plan del virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, de mejorar las refinerías y construir una o dos para acabar con la importación de gasolina y diésel, requeriría de una mayor compra de petróleo crudo para poder alimentarlas, explicó Javier Díaz, analista y consultor de energía de S&P Global Platts.
“La demanda de gasolina está aumentando. Si quieres desplazar todas las importaciones de gasolina y diésel debes producir más; entonces, necesitas de la importación de materia prima”, señaló el especialista.
En México, la producción de crudo está por debajo de los 2 millones de barriles diarios, y según estimaciones de Díaz, no aumentará hasta dentro de algunos años, cuando se comience a cosechar los frutos de las licitaciones derivadas de la reforma energética.
Al cuestionarle sobre qué es más rentable para el país, si importar crudo o combustibles ya refinados, el especialista de S&P Global Platts señaló que todo depende del tipo de crudo y refinería que se construya; sin embargo, importando el producto ya refinado se ahorra el costo de elaboración durante cierto tiempo.
Cifras oficiales indican que en 2017 se importaron más de 800 mil barriles diarios de gasolina y diésel, por lo que de construirse dos refinerías de 300 mil barriles cada una, no será suficiente para desplazar las importaciones totales, por lo tanto, las expansiones o trabajos que se hagan a las refinerías ya existentes jugarán un papel importante.
Asimismo, Díaz advirtió que la construcción de estas obras es compleja tanto por financiamiento como por operación, por lo que se suelen retrasar, como sucedió con el proyecto de la refinería de Tula. Además, la construcción depende de tecnología y costos laborales de cada país.