El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que si bien la política monetaria tiene las herramientas para controlar la inflación, las acciones en materia fiscal pueden poner a la economía sobre una base más sólida a largo plazo.
De acuerdo con el FMI, esto puede hacerse a través de la inversión en infraestructura, atención médica y educación; distribución justa de ingresos y oportunidades, mediante un sistema equitativo de impuestos y transferencias, y provisión de servicios públicos básicos.
El organismo internacional explicó que debido a que los choques de oferta son duraderos, los intentos de limitar los aumentos de precios a través de controles de precios, subsidios o recortes de impuestos serán costosos para el presupuesto y, en última instancia, no serán efectivos.
Por tanto, la orientación fiscal deseable y las medidas que la sustentan dependerán de las circunstancias específicas de cada país, incluidas las tasas de inflación actuales y las consideraciones a más largo plazo, como los niveles de deuda y las necesidades de desarrollo.
Agregó que frente a los altos precios de los alimentos y energía, los gobiernos pueden mejorar su posición fiscal al pasar de un apoyo de base amplia a ayudar a los más vulnerables, idealmente, a través de transferencias de efectivo específicas.
El FMI añadió que en la mayoría de los países, el aumento de la inflación fortalece el caso de la restricción fiscal, lo que exige aumentar los ingresos o priorizar el gasto que preserva la protección social y las inversiones en capital humano o físico que mejoran el crecimiento.
“La responsabilidad fiscal, o incluso la consolidación cuando sea necesario, demuestra que los formuladores de políticas están alineados contra la inflación”, aseveró el FMI.
JLMR