Popó de perro al servicio de la electricidad

Composcan es una empresa cien por ciento mexicana que busca aprovechar al máximo los desperdicios de perros transformándolos en energía eléctrica.

Composcan busca aprovechar al máximo los desperdicios de los perros.
Miriam Castro
Ciudad de México /

Las popós de perro podrían ser un nuevo generador de electricidad debido a la iniciativa de unos emprendedores mexicanos que buscan aprovechar al máximo los desperdicios del mejor amigo del hombre.

Composcan es una empresa cien por ciento mexicana, integrada por un biólogo, un diseñador industrial y un administrador de empresas, que ofrece recolectar, transportar y tratar las heces fecales de los perros para generar energía y abono orgánico para plantas.

De la panza de tu perrito al foco de tu casa

El biólogo Fernando Leyva, fundador de Composcan, explica que el proceso iniciaría con la instalación de botes especiales (diseñados por ellos mismos), en lugares públicos, donde los dueños de los perros depositarían los residuos de sus mascotas, que luego serían recolectados y transportados a un biodigestor especializado.

“En el biodigestor se ‘quemarían’ las heces, las cuales van a generar gas metano que pasaría por unas turbinas que son las que generarían la electricidad que luego iría a la red de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Los residuos sobrantes se pasteurizarían para obtener un abono que sirva para cultivar plantas”, dice Leyva.

Tecnología de guerra

La tecnología del biodigestor que usará Composcan no es nueva, nació durante la guerra de Afganistán, cuenta Leyva. La desarrolló una firma inglesa cuando “las fuerzas armadas de Inglaterra le solicitaron a esta firma que diseñara un prototipo para generar energía para su propia base, a partir de las heces que generaban los soldados”.

Hoy esta tecnología será usada para los mismos fines, pero con popó de perro.

"Al procesar dos toneladas de heces es posible generar 406 kilowatts-hora, lo que equivale a lo que usan 135 casas con un consumo de 3 kilowatts-hora promedio", explica Leyva.

Estos emprendedores llevan dos años y medio trabajando en el proyecto y actualmente se encuentran afinando los detalles para firmar el contrato con la firma.

Toneladas de popó

De acuerdo con Leyva, Composcan sería una alternativa para solucionar el problema de salud que representan las 696 toneladas de excremento de perro que se generan todos los días en la Ciudad de México, según cifras de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Tan solo el Parque España y el Parque México, en la delegación Cuauhtémoc, generan 50 toneladas de heces fecales de perro al mes y los centros de transferencia ya no quieren aceptar estos residuos porque no tienen forma de tratarlos adecuadamente”, dice Leyva.

De acuerdo con este biólogo, recoger los desperdicios de nuestras mascotas en una bolsita y echarlas a la basura provoca que se vayan descomponiendo, produzcan gases y se vuelvan una especie de “bombas de gas metano”, lo que hace casi imposible su tratamiento adecuado.

Por el momento Composcan ya ha estado en pláticas con la Secretaría de Salud del Distrito Federal, la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial del Distrito Federal y algunas delegaciones, donde antes de que termine el año podrían comenzar a operar un programa piloto.

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