Aunque se prevé que las afectaciones al consumo fuera del hogar continúen y algunos hábitos de compra adquiridos durante la emergencia sanitaria se van a mantener, el bolsillo de los mexicanos ha comenzado a resentir las afectaciones por la pandemia del covid-19 y las presentaciones más pequeñas comenzarán a cobrar mayor relevancia.
En entrevista con MILENIO Rolando Contreras, director para el segmento de abarrotes en Sistema de Información Sistematizadas de Canales y Mercados (Iscam), “Estimamos que para 2021 se iba a regresar a una cierta normalidad en términos de las ventas en absoluto que se estaban dando; pero ha mantenido tendencias de crecimiento por arriba de 4 por ciento. Hay presión inflacionaria y se está vendiendo igual o más que el año pasado, a pesar de que 2020 era un año difícilmente repetible”, sostuvo el directivo.
Hoy el canal mayorista reportó de enero a julio ventas absolutas cercanas a los 18 mil 400 millones de pesos mensuales, lo que significa un aumento hasta de 13 por ciento, en comparación con 2019.
“Consideramos que, dado que la economía no está mejor y los ingresos en promedio al hogar no han cambiado, el sector de mayoreo abarrotero está creciendo porque hay un cambio de hábito en el que el consumidor se acercó más a los canales que se surten de mayoreo, lo que refleja un comportamiento de crisis pues éstas exigen menos desembolso por compra”, sostuvo.
Con este panorama, el especialista sostuvo que se estima que el canal reportará un alza de 5.1 por ciento en sus ventas al cierre del año.
Menores porciones, tendencia
De acuerdo con Rolando Contreras el año pasado gran parte de los consumidores generaron ingresos extras al no realizar compras fuera del hogar y eso ayudó a que adquirieran presentaciones de mayor volumen, con el objetivo de salir lo menos posible de casa. En este caso se situaron principalmente categorías como jabón, cloro, productos de limpieza y hay algunos alimentos que empezaron a comprarse en grandes presentaciones.
“El hábito de algunas mercancías se mantiene; pero con base en la experiencia prevemos que al haber mayor movilidad de tener una afectación del ingreso al hogar va a empezar a haber menor intensidad de compra, es decir, presentaciones más pequeñas, pero con mayor frecuencia de compra”, expuso.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) durante agosto el indicador de Confianza del Consumidor reportó un descenso de 1.2 puntos en su comparación mensual, su mayor caída desde abril del año pasado.
De acuerdo con el especialista, relacionados con la situación actual, se espera que las presentaciones pequeñas van a cobrar más importancia y se verán crecimientos extraordinarios en sus ventas, toda vez que fueron estas presentaciones las que experimentaron caídas importantes el año pasado. En este contexto, afirmó que las compañías empezarán a implementar estrategias relacionadas con estos formatos.
Nielsen destaca que el año pasado el valor de las marcas propias en México reportó un crecimiento de 14.3 por ciento y alcanzó una participación de hasta 8.4 por ciento en las ventas de los autoservicios. En el país, el aceite comestible, papel higiénico y azúcar son las categorías más prominentes para este segmento.
“Las marcas propias tienen un efecto dual: tienen la función de ofrecer un buen producto al mejor precio posible al consumidor, sin embargo estamos sujetos a las preferencias derivadas de los posicionamientos de las marcas”, dijo Contreras.
Según el directivo, aunque se espera que haya una mayor penetración de la categoría, el hecho de que estén limitadas en ciertos puntos de venta y las estrategias de las marcas posicionadas todavía repercutirán en su desempeño.
MRA