El Banco de Pagos Internacionales (BIS, por su sigla en inglés) advirtió que los bancos centrales tendrán que manejar las expectativas de inflación en un panorama económico cada vez más desafiante, en el que es probable que las presiones del lado de la oferta sobre los precios persistan en los próximos trimestres, agravadas, recientemente, por factores geopolíticos.
En el documento “Anclaje de las expectativas de inflación: ¿ha valido la pena el progreso pasado?”, refirió que durante la década anterior al covid-19 se dio un amplio progreso en el anclaje de las expectativas de inflación y eso parece estar dando frutos en el panorama posterior a la pandemia.
Esto, añadió el BIS, a pesar del fuerte aumento de la inflación registrada en los últimos 12 meses, pues las expectativas a largo plazo se han mantenido planas para la mayoría de las economías y ello debería proporcionar a los bancos centrales un margen de maniobra para responder al desafío de una fuerte presión sobre los precios en medio de una recuperación desigual.
Sin embargo, alertó que en el futuro, este espacio de políticas dependerá de hasta qué punto los formuladores de políticas logren enfrentar el aumento de la inflación y, por lo tanto, aseguren sus ganancias previas a la pandemia en la formación de expectativas.
El organismo internacional abundó en que la mayoría de los bancos centrales ha mantenido expectativas de inflación a largo plazo y se han mantenido ancladas en gran medida, pero en muchas economías, el aumento de la inflación ha elevado las expectativas a corto plazo y, en algunos casos, las expectativas a largo plazo también se han elevado, aunque en menor grado.
AMP