El movimiento de acero derivado de los aranceles aplicados por el presidente de los Estados Unidos Donald Trump amenaza con llenar el puerto de Altamira, al considerar que este producto se quede resguardo en terminales, derivado de un menor flujo hacia dicho mercado y las medidas de las navieras en reducir las rutas.
Lo anterior es la principal consecuencia de los impuestos anunciados hace más de una semana, dijo el presidente de la Asociación de Industriales (Aistac) Adonay Navarro Saad, pegando en dos líneas de negocios, la atención a los rollos de metal como en la exportación de automóviles fabricados en el país y movilizados en sus terminales.
Actualmente, el acero contribuyó a un crecimiento en la carga general suelta en el 2024, mientras que los vehículos logró un récord, cercanos a las 500 mil unidades anuales.
“Se dejará de necesitar tanto acero y eso se amontonará, reduciéndose la cadena aunque la carga se siga moviendo. Si llegan 100 rollos solo vas a poder mover 80 y 20 quedarán almacenados por semana, llenarán los patios y no se tendrá espacio para seguir atendiendo por la falta de consumo”, declaró.
En el mencionado recinto fiscalizado hay dos terminales especializadas en este tipo de producto, ATP e IPM (recientemente adquirida por Terminal Investment Limited), aunado a una capacidad de un millón de metros cuadrados en patios, como de 13 mil 688 metros cuadrado exclusivos para el almacenaje, de acuerdo con los datos de la Administración del Sistema Portuario Nacional (Asipona).
A su vez, mensualmente el promedio de acero tanto de exportación como de importación en el punto marítimo en el Golfo de México llega a las 400 mil toneladas, contribuyendo a la carga general suelta.
“Se alentará el flujo de carga. Altamira maneja mucho producto este material proveniente Sudamérica y de Corea, utilizado para la industria automotriz. El impuesto que aplica Estados Unidos será de manera indirecta y disminuirá el volumen de autos que envía México”, externó el titular de la Aistac.
Otra situación se presentan las navieras, redujeron actividad como medida de prevención al conocer qué tanto puede ser el impacto. La acción se ejerció en los últimos días, de acuerdo con la Asociación.
“Navieras que llegan al puerto están implementando medidas con los clientes que compran el flete para movilizar la carga, limitando los volúmenes e incluso hablan con el puerto para ver su capacidad. Cada carga detenida en un puerto es dinero perdido por el cobro de almacenamiento. Desde los proveedores y con las mismas terminales investigan qué tanta mercancía debe moverse”, puntualizó Navarro Saad.
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