Es un privilegio vivir en París, pero México me quita el sueño: José Ángel Gurría

Entrevista

El secretario general de la OCDE gusta de recorrer canales de Francia con la familia, en embarcaciones que ellos mismos conducen, y “engordando un poco” con su gastronomía.

El tamaulipeco dirige el organismo desde 2006. (Especial)
Silvia Rodríguez
Ciudad de México /

De los mexicanos que ocupan cargos relevantes en el extranjero, uno de los más públicos es José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que agrupa a 36 países cuya suma representa 80 por ciento del producto interno bruto mundial y tiene como misión promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas.

El tamaulipeco, nacido el 8 de mayo de 1950, dirige el organismo desde 2006, después de una larga carrera en la administración pública nacional, en la que fue secretario de Relaciones Exteriores y de Hacienda durante el gobierno de Ernesto Zedillo.

Afable, Gurría comparte con MILENIO –antes de salir corriendo hacia la residencia oficial de Los Pinos para tener un diálogo con el presidente Enrique Peña Nieto– sus preocupaciones, sus anhelos y el amor por su familia.

¿Qué le quita el sueño a José Ángel Gurría?

Lo que me quita el sueño son probablemente los mismos temas que me lo quitaban hace cinco, hace 10, hace 15, hace 20 años; porque fui más de 33 años servidor público de México y después me cambié al área multilateral, donde le sigo sirviendo a México y sigo trabajando con y para México.

A mí lo que me da más satisfacción, pero también lo que más me quita el sueño, es México, cómo hacer que en este país podamos combatir de manera más efectiva la pobreza y que haya menos desigualdades en esta sociedad donde la mitad de la población está en pobreza y la mitad de esa mitad está en pobreza extrema. Esas son las cosas que me quitaban el sueño hace 30 años y que me siguen quitando el sueño hoy; pero también en lo cual yo he acompañado a lo largo de mi carrera profesional la solución de algunos de los temas. Me tocó, por ejemplo, muy de cerca el tema de la deuda, y se arregló y ya este tema no es problema hoy, pero hay otros que ya eran problema entonces: las desigualdades, la pobreza.

Como buen economista, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y con posgrados en Leeds (Reino Unido), Gurría no puede evitar hablar del tema: “Ahora lo que tenemos es el tema de la competencia de tantos países del mundo que, como nosotros, se pusieron las pilas y están tratando de dominar o conquistar los mismos mercados en que nosotros estamos compitiendo; entonces estas son las cosas que nos quitan el sueño”.

Gurría sabe el significado de encabezar un instrumento tan importante, tan poderoso y tan efectivo como puede ser la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, para trabajar con el gobierno mexicano en todas las áreas: “de la salud, de la educación, de los impuestos, de la investigación y el desarrollo, de la ciencia y la tecnología, de lo digital, del combate a la corrupción, de la equidad, la inclusión”.

La OCDE es una organización en la que los países miembros comparan, intercambian experiencias en políticas públicas, identifican mejores prácticas, promueven decisiones y recomendaciones y, mediante esos y otros instrumentos legales, acuerdan y se comprometen con estándares de alto nivel técnico y avanzada voluntad política.

LOS AÑOS EN FRANCIA

El secretario y su familia viven en París, una de las ciudades más bellas de Francia y del mundo, algo que, reconoce, “es un privilegio”; pero una vez que termine su gestión en el organismo no tiene duda de que regresará a México.

Recuerda que en un inicio él iba por un periodo de cinco años al mando de la OCDE, pero eso se prolongó otros cinco años y ya es el tercer lustro, que terminará en 2021. Esta vez, asegura, va a regresar “y entonces vamos a ver en qué nos podemos ocupar, dónde podamos ser de más utilidad”.

A pesar de las múltiples actividades que implica su labor en la OCDE, para Gurría pasar tiempo junto a su familia es fundamental, por lo que cada que sus actividades se lo permiten aprovecha para convivir con ellos. Apenas hace unos meses, dice emocionado, recorrieron parte de Francia.

“Las vacaciones de verano, en agosto, las pasamos en Francia, cruzando unos canales con unos barquitos que íbamos manejando nosotros mismos; con muchas pruebas de aprendizaje, pero cruzamos todos esos canales y visitamos muchos pueblos, muchas ciudades comiendo muy bien, engordando un poco y disfrutando de esa cultura gastronómica, de esa cultura vitivinícola, pero también, por supuesto, de la historia de Francia, que está muy al centro de la historia de Europa”.

EL PADRINO...

A pesar de haber alcanzado en México y el extranjero puestos muy importantes, Gurría no olvida a su alma máter. En la Universidad Nacional Autónoma de México fue padrino de generación en la Facultad de Economía y contribuyó para que alumnos destacados recibieran una beca que les permitiera culminar sus estudios, pues para él, la educación es el pilar del desarrollo de un país.

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