Un cambio radical en la organización de los puertos mexicanos en el que sus actuales administradores se vuelvan promotores de negocios, en el que las aduanas salgan de estos recintos y se aliente la creación de una marina mercante nacional, es la visión de la cuarta transformación para este sector, encabezada por el coordinador general de Puertos y Marina Mercante, Héctor López Gutiérrez.
“Ya se agotó el papel de rentar a través de los contratos de cesión parcial de derecho de las tierras y cobrar por la renta; hay que entender que estamos en un papel de empresas de comercio exterior que participan activamente en las cadenas logísticas, que tienen como papel fundamental el transporte marítimo”, explicó.
Para el encargado de la política portuaria, a partir de esta administración, la primera transformación de los puertos ocurrió en 1976, cuando se transfieren a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) las funciones de la Secretaría de Marina en materia de puertos y de marina mercante; la segunda ocurre en 1991, cuando se requisa el Puerto de Veracruz y se promulga la Ley de Puertos y la tercera en 1993, cuando se reorganizan en 16 Administraciones Portuarias Integrales (APIs).
La base de esta cuarta transformación es cambiar el papel de las APIs y pasarán de ser empresas administradoras de los puertos a ser una compañía administradora de un negocio en el cual hay muchos socios; se definirán los puertos como una organización territorial en donde su función será desarrollar las costas.
En entrevista, López explicó que, por ejemplo, si llega una firma alemana al parque industrial en el puerto de Manzanillo y además del deseo de invertir puede ser parte de un proyecto, se puede revisar su autorización y asociación para el desarrollo de nuevos negocios. Se trata de invitar a inversionistas nacionales y extranjeros y al sector social como potenciales dueños de tierras; se crearán nuevos polos de desarrollo industrial promotores de empleos.
La reorganización de las APIs será por regiones a través de los llamados Sistemas Industriales Portuario Costeros (Sipcos) en el que se buscará la integración de los puertos con parques industriales regionales, sistemas modernos de comunicación satelital, centros de enseñanza superior y tecnológica, así como cadenas logísticas y desarrollos urbanos y servicios asociados para la población.
De esta forma, el objetivo es que la coordinación de puertos y las direcciones a su cargo generen la política regional de estos grupos de sistemas portuarios costeros integrales.
En cuanto a calidad de infraestructura portuaria México ocupó en 2017 el lugar 62, de acuerdo con el estudio del World Economic Forum dentro de una lista de 132 países. En tanto que a escala Latinoamérica, México cuenta con el cuarto puerto más relevante en movimiento de contenedores, que es Manzanillo, y el número 14, Lázaro Cárdenas, de acuerdo con un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Aduanas, afuera de recintos
La llamada cuarta transformación prevé dos aspectos que cambiarán radicalmente la operación de los puertos: retirarán a las aduanas de los recintos portuarios; “no se trata de sacarles la tarjeta roja”, comentó el coordinador, sino de darle lógica a su papel, que las revisiones se hagan afuera del recinto portuario.
El coordinador general de Puertos y Marina Mercante destacó que se pretende adoptar sistemas de responsabilidades compartidas entre los emisores y los receptores para que no haya necesidad de hacer tantas revisiones aleatorias. “Vamos a pisar un poco el callo de los agentes aduanales, pero no podemos seguir siendo modernos con procedimientos que existen desde hace 60 años”.
Este proceso de sacar a las aduanas de los puertos tomará tiempo por los cambios de ley, como la de Puertos, la General de Aduanas y sus respectivos reglamentos, así como por la planeación de donde se reubicará a las mismas, así que no será una medida que se instrumente en el corto plazo, dijo.
Otro cambio fundamental es tener una marina mercante. “No se trata de crear una marina que compita con Maersk o con los consorcios navieros internacionales. No tenemos la organización para hacer eso. Vamos a concentrarnos en lo que sí podemos hacer”, dijo el coordinador.
Se pretende que todos los participantes del área naviera se integren al transporte marítimo para grandes recorridos, de manera que se asegure el transporte, las rutas y los servicios regulares.
Se modificará la ley de navegación y se propondrán tarifas adecuadas para los servicios de cabotaje (transporte de mercancías o personas solo entre los puertos de México) y se buscará que las revisiones aduanales no se apliquen a estos servicios.