México destacó como uno de los principales receptores de inversión extranjera directa (IED) en la región de América Latina, durante el primer semestre de 2025, el país captó más de 34 mil millones de dólares, concentrada principalmente en manufactura, servicios financieros, construcción y minería, indicó la estratega de mercados financieros para Latinoamérica en Exness, María Agustina Patti.
La analista explicó que este impulso se debió a la relocalización de cadenas productivas (nearshoring) y su integración con América del Norte.
En manufactura y comercio exterior, México superó los 300 mil millones de dólares en exportaciones durante el primer semestre de 2025, reforzando su papel como plataforma industrial clave.
Destacó que en materia energética, el Plan de Fortalecimiento y Expansión del Sistema Eléctrico 2025–2030 contempla una inversión significativa para ampliar la capacidad de generación, transmisión y almacenamiento, abriendo oportunidades para desarrolladores de energías renovables, proveedores tecnológicos y empresas de infraestructura.
“El sector de energías limpias mantuvo dinamismo, con operaciones de compra y venta de activos eólicos y solares, reflejando la madurez del mercado mexicano y el interés de fondos internacionales”, afirmó María Agustina Patti.
Agregó que México y América Latina concluyen el año con un balance de inversión positivo, a pesar de los retos globales derivados de la desaceleración económica y el aumento de la volatilidad.
De acuerdo con datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la inversión extranjera directa en la región creció alrededor de 8 por ciento respecto a 2024, alcanzando aproximadamente 226 mil millones de dólares, impulsada principalmente por los sectores de energía, minería, tecnología e infraestructura.
“Este desempeño refleja una combinación de cautela e interés, ya que existen oportunidades significativas para quienes operan con disciplina, información confiable y gestión de riesgos”, expuso.
El broker precisó que durante 2025, la región mostró capacidades de adaptación frente a un escenario global marcado por inflación moderada y ajustes monetarios graduales. El auge en minería y energía generó un efecto multiplicador en servicios industriales, transporte y logística, fortaleciendo además la demanda de servicios financieros.
“En la segunda mitad del año, los inversionistas institucionales adoptaron una postura más selectiva ante tasas elevadas en economías desarrolladas y un dólar fortalecido, priorizando proyectos con impacto productivo y menor perfil de riesgo”, remarcó.
Perspectivas para 2026
De cara al próximo año, América Latina se perfila como un mercado de oportunidades impulsadas por la transición energética, la digitalización de servicios y la consolidación de proyectos de infraestructura.
Para México, los focos de atención para inversionistas y medios especializados serán la ejecución del plan eléctrico, la evolución del nearshoring y la inversión en energías renovables.
La firma señaló que el país combina oportunidades relevantes en energía, manufactura, tecnología y servicios financieros con un entorno que exige disciplina, transparencia y visión de largo plazo.
AG