• Millennials y Gen Z aceleran el crecimiento de Rappi

  • 'App' llega a las nubes

Aplicación de entrega a domicilio tiene en México su operación más estratégica; nacida en Colombia, la firma va por liderazgo de segmento.

Ciudad de México /

Sebastián tiene 30 años y renta los cuartos de su casa a cuatro inquilinos más jóvenes. Excepto un roomie que prepara su comida, todos usan alguna app de entregas a domicilio. Él prefiere Rappi por sus precios bajos, reembolsos, descuentos. Aunque sale tan caro como ir a un restaurante. Sabe que la app de McDonald’s es buenísima. “No te cobra el envío. Ya veo una tendencia: todos los restaurantes irán lanzando sus aplicaciones”.

El pastel de los ‘delivery’

Algunos lugares obtienen hasta 25 por ciento de sus ventas gracias a las apps. Los fines de semana, las taquerías, hamburgueserías y pizzerías llegan a vender por esta vía hasta 40 por ciento. Uber Eats fue la primera que entró a México en 2016 pero no llegó sola: la colombiana Rappi hizo su aparición ese mismo año y, en efecto, se movió rápido: tiene 110 mil repartidores en el país y 50 mil restaurantes activos. La china Didi Food compite desde 2020 y TaDa lo hace con chelas y abarrotes gracias al músculo de Grupo Modelo. Sin Delantal, Cornershop y Postmates mejor apagaron la luz y dijeron adiós.

¿Salimos o nos quedamos en casa?

Sentarse en un restaurante bonito es la gran cosa. Sin embargo, los millennials y la Gen Z le dan un gran valor al que se mueva más rápido, ofrezca la mejor experiencia desde el celular, dé la mayor oferta y, sobre todo, tenga el precio más conveniente. Luego de la pandemia se volvieron protagonistas las empresas que llevan víveres, antojos, medicinas, golosinas, todo en poco tiempo y con mínimo contacto humano. Las apps se sentaron a la mesa.

Nos conocen muy bien

Las apps tienen bien identificados a sus clientes: padres que prefieren pasar horas con sus hijos; profesionales solteros que salen temprano y llegan tarde, cansados de la chamba; estudiantes que se queman las pestañas para entregar tareas o pasar el examen; gente que cada 15 días planea su compra en día y hora específicos; fiesteros que piden –vía la opción Turbo– chiles para el asado o tragos para el reven.

La voz de Rappi

Daniel Posada, capitán de Retail en Rappi, conoce cada vez mejor a los consumidores. Le preguntamos si la empresa ya es líder en México. “Estamos en eso”, responde sin revelar. Pero no esconde que este país significa la operación más estratégica de Rappi.

Los que odian salir

Chava tiene 51 años. No le interesa ir al supermercado, mejor pide por Turbo, la modalidad que promete llegar en 10 minutos. ¿Qué pide? Sobre todo, whisky, que cuesta 429 pesos (sí, más caro que el súper), agua y Coca-Cola. Pero aprovecha y pide huevos, jamón, limones, aguacates, comida para el gato y, claro, pozole cuando hay resaca. Está dispuesto a asumir el precio del servicio porque en minutos tiene su despensa hecha. Un día hasta le compró a su novia una esclava de bisutería por esta app.

Los que adoran los caprichos

La inflación hizo que casi tres de cada cuatro consumidores se preocupen por el aumento de precios. Ahora hacen recortes, pagan con tarjeta o puntos de canje, buscan imitaciones. Ahorrar es prioritario. Peeero… luego del encierro pandémico el beneficio emocional de una compra impulsiva creció. “Los derroches inteligentes y los lujos asequibles permiten a los consumidores darse un capricho para relajarse”, sostiene Euromonitor. Y para esos antojos… ahí están las apps.


En modo soltero

Patrick tiene 55 años y vive entre Ciudad de México y Playa del Carmen. Cuando está en la capital su vida es familiar con comida casera. Pero en cuando viaja la cosa cambia: hace vida de soltero. “Pido una o dos veces casi todos los días, me da flojera salir y es supercómodo. Si eres cliente habitual, consigues mejores precios, ahorras en gastos de envío, comisiones, y tú decides cuánto das de propina”. Su hija, de 30 años, suele pedir antojos y comida asiática que no la saca de su dieta. “Claro que me fijo en el precio”, advierte Patrick. “Los de Rappi tienen una tarjeta de crédito que da ‘cash back’, y si tus tarjetas no tienen fondos, de todos modos tramitan el pedido: deciden que cobrarán después. Así me hice fiel. ¿Uber? Sí, para taxis”.


José Ramón Huerta es reportero, escritor fantasma y durante 30 años ha sido editor y director de revistas como Expansión, Poder y Negocios, ADcebra, Cambio y Contenido.

GSC/AMP


  • José Ramón Huerta
  • José Ramón Huerta es reportero, escritor fantasma y durante 30 años ha sido editor y director de revistas como Expansión, Poder y Negocios, ADcebra, Cambio y Contenido

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