De Matamoros a las tiendas de ropa, la reapertura de puentes internacionales

México-EU, la reapertura

El trabajo y la escuela le da mayor movimiento a los dos importantes cruces de la ciudad. En Brownsville, la marca Ross acapara el mercado

Reapertura de cruces fronterizos en Tamaulipas. (Sergio Sánchez)
Matamoros /

Tuvieron que pasar 20 meses para que los compradores efusivos que tiene Matamoros lograrán llegar a la tienda Ross, conocida por su variedad de ropa y que reportaron varias personas un lleno absoluto tras la reapertura de los puentes internacionales, en este caso con Brownsville, Texas

Mientras la expectativa generada con la reapertura de los puentes internacionales término como un día más en Matamoros, cotidiano, donde la nueva disposición del gobierno del Estados Unidos para el ingreso de mexicanos a actividades no esenciales causó por actividad, quienes se lanzaron no perdieron tiempo en obtener los artículos de vestimenta.

Reapertura de cruces fronterizos en Tamaulipas. (Sergio Sánchez)

Incluso, hubo adultos mayores que al hacerse oficial su paso con su debido esquema de vacunación contra el covid 19 completo, transitaron por el llamado "Puerta de México" o Getaway, así como en el cruce internacional Brownsville-Matamoros, todo sea para volver a la Unión Americana un años y 8 meses después.

Una mañana agitada

Previo al amanecer, la fila de autos empezó a expandirse por toda la avenida Álvaro Obregón así como en Las Américas, ambas en dirección al norte y que terminan en los retenes y aduanas del gobierno mexicano, para cruzar el río Bravo y llegar a territorio extranjero.

Una mañana fresca que apenas trataba de alcanzar los 20 grados centígrados.

Hombres y mujeres en chamarras se mueve, algunos apresurados y otros con cierta calma, hacia el filtro que instala la Secretaría de Gobernación. Hay que pagar los 5 pesos obligados de peaje y se enfrentan a la mitad de la estructura con un grupo de CBP, quienes hacen las preguntas de rigor, hacia qué destino se dirigen y qué documentos traen.

Las filas en ambas arterias viales superan más de los 2 kilómetros pero en general no existe una prisa o desesperación de los conductores, el paso al final es fluido, sin tantas revisiones de rigor como sucedía en febrero de 2020, en aquellos tiempos que eran más meticulosas esas revisiones.

Pasar a las 8 de la mañana y llega a una calma inusitada. Solo 5 ó 6 vehículos por minuto intentan pasar por el mismo camino mientras la afluencia de peatones es menor. Mismo caso en el puente Brownsville-Matamoros, aunque cerca de las 10 de la mañana el flujo de hace más interesante, al ver adultos mayores en unidades de reciente modelo esperanzados en llegar al otro lado.

"Yo ayer fui a un concierto y antes de volver fui a la tienda Ross. Lo que les puedo decir es que está llenísimo, no había sucedido en días pasados y la verdad me trae sorprendida", dice una de las residentes fronterizas al regresar de la ciudad texana.

El flujo siguió con mayor volumen durante la tarde pero ocasionado por las clases de niños y jóvenes. Esto fue mayor en comparación con el resto de la jornada, pero solo fue un instante para volver la tranquilidad.

Un centro en soledad

Cae la noche y algunos se atreven a cruzar para conocer un poco cómo están los locales comerciales cercanos a los puentes. Se puede ver con la oscuridad como también el flujo de personas es menor, pero el comercio a pesar de haber bajado las cortinas están vigentes, con detalles principalmente navideños.

Tiendas de perfumería, regalos, algunas de ropa y zapatos, aprovechan ese ocaso otoñal para esperar al siguiente día con la esperanza de tener más consumidores. La única que permanece abierta al público es la mencionada Ross.

Poco a poco los clientes empiezan abandonar, en tanto las mercancías son variadas pero lo atractivo ya se había vendido. En el regreso, peatones y conductores avanzan en tramos de penumbra y silencio.


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