A pesar de que en México 53 por ciento de los profesionales de la salud utiliza algún formato de expediente clínico, incluyendo a instituciones públicas como IMSS o ISSSTE, de acuerdo con Transform Health, aún no es una realidad el uso de la receta médica electrónica.
Según especialistas, su aplicación depende de regulaciones tanto en materia tecnológica como de ciberseguridad, pues es información que no solo estará en manos de los médicos, sino también de farmacéuticas, farmacias y aseguradoras.
Éctor Jaime Ramírez Barba, diputado panista, presentó durante el foro legislativo “La salud digital en México”, el potencial que tiene el uso de esta herramienta, afirmando que evita la suplantación de identidad, elimina las recetas apócrifas, permite un seguimiento clínico de los pacientes crónicos, evita el triple surtimiento para antibióticos o fórmulas controladas, facilita el surtimiento de recetas con medicación a mediano y largo plazo, permite una mayor auditoria para las empresas, entre otros.
“Nos encontramos hoy en una era donde la tecnología desempeña un papel fundamental en los servicios de salud, y es nuestro deber usar estas herramientas para mejorarlos”, remarcó.
Sin embargo, aceptó que se requiere de una legislación que considere un modelo de operación compatible con el tradicional, con capacitación para el personal de salud, uso de software especializado y garantías de privacidad y uso de datos personales.
De acuerdo a datos de Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), muestra que en México 30.25 por ciento de consultorios médicos usa el Expediente Único Electrónico, muy por debajo de la media en América Latina que es de 65 por ciento.
- Además 47.1 por ciento del gasto que realizan los mexicanos en salud se va para organismos privados.
Ramírez Barba remarcó que en múltiples países ya se demostró el funcionamiento de la aplicación de la receta electrónica, como España, Reino Unido, Portugal, entre otros; “México no se puede quedar atrás en esta tendencia global hacia una atención médica más eficiente y tecnológicamente avanzada”.
Al momento se mantiene en la Cámara de Diputados la propuesta de reforma a la Ley General de Salud para establecer el uso de la receta digital, pues ya fue turnado a la Mesa Directiva en el Palacio de San Lázaro y está pendiente su próxima discusión y votación en el Pleno.
Consideraciones
El fundador y director general de Ketoro, compañía especializada en desarrollo de modelos de crecimiento, Benjamín Franco, explicó que si bien la tecnología está en México para la receta electrónica, hay que establecer en qué tipo de interfaz estará la receta, en un ambiente web o en una aplicación móvil.
Por ello, advirtió que si bien en el país hay compañías que son capaces de armar estructuras para proveer el servicio de la receta médica, algunas se especializan en el ámbito normativo y legal, otras en infraestructura y desarrollo, y el resto en administración de datos, “pero juntar estas iniciativas y líneas de experiencia es lo que hace difícil ensamblar todo en una sola compañía y ahí está el reto para avanzar en la digitalización de la receta médica”.
“Otra cosa que tenemos qué contemplar es cómo se accede a esta iniciativa, si será por internet o desde una intranet. Si se accede desde internet, quiere decir que todos deberíamos de tener internet habilitado para interactuar, hospitales, farmacias, aseguradoras, pacientes. Otro tema es cómo se almacena todos esos datos. El otro tema es el acceso de la información, a qué tiene acceso la farmacia y a qué el doctor”, dijo.
Robo de datos
Es importante considerar que, si bien en 2017 se aprobó la Ley General de Protección de Datos Personales en Posesión de Sujetos Obligados, que tiene por objeto establecer las bases, principios y procedimientos para garantizar el derecho que tiene toda persona a la protección de sus datos personales, el robo de identidad es el fraude cibernético más frecuente en México.
El robo de identidad es cuando una persona obtiene, transfiere, utiliza o se apropia de manera indebida, de los datos personales de otra sin la autorización de ésta última, usualmente para cometer un fraude o delito. La identidad la constituyen los datos personales: nombre, teléfono, domicilio, fotografías, huellas dactilares, números de licencia y de seguridad social, incluyendo información financiera o médica, así como cualquier otro dato que permita identificar a una persona.
“Las principales amenazas que hoy nos preocupan mucho son todo lo relacionado con suplantación de identidad, si suplantan tu identidad se va a materializar una serie de eventos. Le sigue el robo de información, porque las personas son poco cuidadosas con su información personal”, señaló en entrevista el director de Consultoría de Riesgos y Cumplimiento en Cybolt, Cuauhtemoc Cázares.
EDD