Materiales para la construcción, papel higiénico y hasta zapatos son solo algunos de los productos que se pueden fabricar a partir del reciclaje de residuos sólidos urbanos (RSU); sin embargo en el país se reutiliza apenas 9.63 por ciento de estos, lo que abre una puerta importante para las empresas que ven en el reciclaje un potencial negocio.
Es el caso de empresas dedicadas a reciclar empaques multicapas, como los de Tetra Pak, para la fabricación de techos con polialuminio, suelas de zapatos y papel, a partir de envases que fueron utilizados para alimentos.
“No se pueden volver a utilizar para (almacenar) comida porque ya tuvo un alimento dentro, sería contraproducente, pero lo podemos utilizar en diferentes industrias. La construcción, por ejemplo, o para fabricar papel y cartón. Los envases están sellados, no contienen alimentos que puedan generar bacterias. Lo recuperamos y lo usamos para un proceso de fábrica como papel higiénico, servilletas, toallas para manos, etcétera”, dijo a MILENIO Alejandro Anaya, vicepresidente de Industrias VQ.
De acuerdo con información de la Asociación Mexicana de Envase y Embalaje (Amee), de la producción de papel y cartón en el país alrededor de 62 por ciento se usa para envase y embalaje; 22 por ciento para la industria sanitaria y facial; 12 por ciento para escritura e impresión; 3 por ciento para periódico y uno por ciento para materiales especiales.
Anaya explicó que es a través de un molino en que se realiza la separación de fibras, el plástico y aluminio de los envases multicapa, para luego ser transformados en materiales y productos para diferentes industrias. De estos materiales, dijo, se reciclan cerca de 250 toneladas mensuales, más 200 de cartón.
Contrario a lo que las personas pueden pensar, los productos obtenidos del proceso de reciclaje no necesariamente tienen que ser más baratos. Su costo depende del material utilizado y los costos de producción, por lo que un artículo puede ser hasta 30 por ciento más barato o más caro, dependiendo de los cuidados que necesiten, como el caso del papel, que necesita limpieza profunda.
“La gente cree que el producto reciclado tiene que ser más barato porque ya se usó en otra cosa; pero no ven la cadena de suministro que hay atrás, que no es nada fácil sobre todo por la cultura de acopio que existe”, afirmó.
Recolección
Para el directivo, el principal reto de la industria del reciclaje es duplicar en el corto plazo el porcentaje de acopio del país.
“Lo que queremos lograr es que la gente se sensibilice en la situación que estamos viviendo para que sea más fácil la recaudación del material”, expuso el directivo. Así, la compañía trabaja a partir de una cadena de suministro, que actualmente se compone de 15 acopiadores en todo el país.
A escala global y de acuerdo con el más reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Mejorar los mercados de plásticos reciclados: tendencias, perspectivas y respuestas de política, el reciclado de plásticos no alcanza todo su potencial, ya que las bajas tasas de recuperación de estos residuos, la mala calidad del plástico reciclado y la falta de incentivos en precio frenan a los mercados secundarios de este material.
En el caso específico de México, según cifras de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) publicadas en 2015, la generación de residuos sólidos urbanos (RSU) alcanzó 53.1 millones de toneladas, ello significó un aumento de 61.2 por ciento respecto a 2003. Pese al aumento en generación, solo se recolectan 83.9 por ciento y de ellos 78.54 por ciento va a basureros, reciclando únicamente 9.63 por ciento.
“La gente no tiene la cultura de reciclaje. Si nos ayudaran a limpiar sus envases o si se lo dieran al pequeño acopiador se iría haciendo una cadena y tendríamos miles de personas acopiando”, dijo Anaya.
La Semarnat señala que en el país predomina el manejo básico de RSU, que consiste en recolectar y disponer los residuos en rellenos sanitarios desaprovechando los residuos susceptibles a reincorporarse al sistema productivo.