Las remesas que llegan a México prácticamente duplicaron su tamaño en los últimos seis años, al pasar de 26 mil 993 millones en 2016 a 58 mil 497 millones de dólares al cierre de 2022, alcanzando así un nuevo máximo histórico.
De acuerdo con datos del Banco de México (Banxico), estos ingresos equivalen a un aumento de 13.4 por ciento respecto de los 51 mil 586 millones recibidos en 2021.
Si solo se considera diciembre, los ingresos por remesas sumaron 5 mil 359 millones de dólares, un incremento anual de 12.8 por ciento y en su comparación mensual con noviembre, representan un incremento de 11.6 por ciento.
Analistas coincidieron en que este resultado superó las expectativas y el crecimiento de este indicador no se atribuye a una recuperación económica local, si no al esfuerzo de los migrantes que envían recursos al país principalmente desde Estados Unidos.
La llegada de remesas en 2022 representó un monto sin precedentes según los registros del Banxico y acumulan una racha de 32 meses consecutivos con tasas de crecimiento positivas. Entre mayo de 2020 y diciembre de 2022 las remesas han aumentado a una tasa promedio de 18.2 por ciento anual.
Las remesas se han convertido en un importante catalizador de la economía en México, ya que llegan a poblaciones que las distribuyen principalmente en el consumo interno para adquirir bienes y al pago de servicios.
Casi todos los 149 millones de operación por concepto de remesas que llegaron a México durante 2022 fueron recibidas a través de transferencias electrónicas, es decir, 98.9 por ciento de ellas; mientras que 0.8 por ciento llegaron en efectivo o especie y 0.3 por ciento por medio de giros bancarios o postales (money orders).
BBVA indicó que en el último año 17.7 por ciento de las remesas fueron cobradas a través de bancos y el restante 82.3 por ciento mediante instituciones no bancarias, es decir, tiendas departamentales, autoservicios, farmacias, entre otras.
Mientras que la mayoría de las remesas que reciben las instituciones bancarias llegan a cuentas de ahorro, por el contrario, casi la totalidad de las remesas que se pagan en instituciones no bancarias son manejadas en efectivo.
“Existe una gran área de oportunidad para incluir financieramente a esta población receptora de remesas, lo que podría fomentar el ahorro en esta población, y promover un manejo más adecuado y con mejor riesgo de sus recursos”, señaló el análisis elaborado por Juan José Li, economista de BBVA.
En tanto, el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla), explicó que el 95.5 por ciento de las remesas que llegan a México son desde Estados Unidos, donde se estima que residen más de 12 millones de migrantes mexicanos que trabajan en diversas industrias.
El organismo indicó que en 2022 el tamaño de la masa salarial obtenida en Estados Unidos por los trabajadores mexicanos inmigrantes (ganancias por trabajo) repuntó de manera significativa. Ese año esa masa salarial alcanzó 319 mil 942 millones de dólares.
Tres estados concentran más de la mitad de las remesas que se mandaron a México desde Estados Unidos en 2022, principalmente, California con 18 mil 432 millones de dólares; Texas con 8 mil 419 millones y Minnesota con 4 mil 708 millones de dólares.
Sin embargo, Banorte anticipó una desaceleración de las remesas en 2023 debido a un menor crecimiento económico y una mayor tasa de desempleo en Estados Unidos.
AMP