Alguna vez el escritor italiano Umberto Eco mencionó que en la actualidad "no salir en televisión es un signo de elegancia”, frase que parece ser el mantra de Ren Zhengfei, fundador de Huawei, el segundo mayor fabricante de smartphones del mundo, porque prácticamente es imposible verlos en público.
De hecho, entre los periodistas chinos se dice que es más fácil conocer detalles sobre el primer ministro de su país, que del presidente de Huawei. Ren es tan reservado, que solo ha concedido una entrevista pública en 2013.
Lo que si se conoce es su enorme fortuna, la cual, según la revista Forbes asciende a mil 100 millones de dólares.
De origen rural
Nacido en 1944 e hijo de dos maestros de escuela, Ren cursó la primaria y secundaria en una remota ciudad montañosa de la provincia de Guizhou.
Posteriormente se graduó en ingeniería civil y arquitectura, ramos donde trabajó por algunos años antes de integrarse por 10 años al ejército comunista en 1973 como parte del cuerpo de ingeniería militar.
En 1978 se unió al partido Comunista. "En ese momento mi creencia era trabajar duro, dedicarme o incluso sacrificarme en beneficio de la gente... y pertenecer al partido era parte de esa aspiración", dijo en alguna entrevista.
Sin embargo, a principios de los 80, el gobierno chino disolvió el cuerpo de ingeniería, lo que lo obligó a abandonar el ejército y tomar un nuevo camino: el mundo de los negocios.
Arranque
Tras estudiar el mercado, a los 44 años fundó Huawei, una compañía especializada en la industria de las telecomunicaciones, en la cual invirtió un capital de 21 mil yuanes.
Desde sus inicios, Huawei se enfocó en el desarrollo de componentes propios, y así evitar buscar tecnología extranjera, aunque a la firma se le llegó a acusar de robo de patentes.
A pesar de los problemas, la compañía contó con el apoyo de gobierno chino, quien contrató a la empresa de Ren para el desarrollo de la infraestructura nacional, lo que la ayudó a darse a conocer de manera internacional.
Ahora, 31 años después, Huawei es una de las grandes fabricantes de teléfonos inteligentes del mundo, cuyos ingresos provienen más de sus negocios internacionales que de los internos, compitiendo con gigantes como Apple y Samsung.
La periodista británica, Linda Yueh, una de los pocas que ha podido tener una plática con el magnate chino, lo describe de la siguiente manera:
”Ren responde a todas las preguntas de manera amplia. Usando metáforas como ríos que rodean montañas... refleja una confianza que los empresarios chinos de hoy comparten. En un claro contraste con el estereotipo del director ejecutivo acartonado que se adhiere a los guiones preestablecidos”, escribió después de su encuentro.
Bajo escrutinio
En 2012 la empresa con sede en Shenzen, China, fue señalada por el Congreso de Estados Unidos como una amenaza para la seguridad nacional, debido a supuestos contactos con el ejército chino y el gobierno de Pekín, lo cual levantaba sospechas por el pasado militar y su pertenencia al Partido Comunista de Zhengfei.
"Huawei no tiene conexión con los problemas de seguridad cibernética que Estados Unidos ha encontrado en el pasado, el presente y el futuro", declaró en una entrevista a periodistas locales de Wellington, Nueva Zelanda, en 2013.
Durante 2017 las ganancias netas de la empresa alcanzaron 7 mil 300 millones de dólares, pero los ingresos totales del emporio chino fueron de 92 mil 500 millones.
Hoy, Ren sigue con su hermetismo con los medios de comunicación, se mantiene como presidente de la compañía con un objetivo en mente: convertir a Huawei en la mayor empresa de telecomunicaciones del mundo, con la mira puesta al 2020.
CPR